tag:blogger.com,1999:blog-233029862024-03-19T01:18:32.200-07:00Libroscomentarios de librosOmar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comBlogger15125tag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-36802289945450442152007-09-15T13:52:00.000-07:002007-09-27T07:29:13.663-07:00Escritores chilenos nacidos entre el 1950 y 1964. Cuentos y novelas<div align="justify"><span style="font-size:78%;">Introducción</span></div><div align="justify"><span style="font-size:78%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-size:78%;">"Crear una pequeña flor es una tarea de siglos"</span></div><div align="justify"><span style="font-size:78%;">William Blake</span></div><span style="font-size:78%;"><div align="justify"><br />La labor de un escritor o de una escritora es ansiar escribir la historia más preciosa jamás contada. La labor de un escritor o de una escritora, sin distinción de la era que le tocó vivir, es trabajar con esas pistolas cargadas -las palabras y la imaginación- e intentar escribir la historia más bella del mundo. ¿Por qué hablamos de generaciones entonces?</div><div align="justify">Porque la realidad en que nos toca vivir cambia. Y como escritor de ficciones somos mundanos, socialmente contaminados y por lo tanto hay que trabajar la materia de lo imaginario a partir de esa realidad. "El hombre parte del hecho de que hubo mucho tiempo sin novela pero nunca una novela sin tiempo." (Carlos Fuentes). Esas diferencias contextuales, el mundo social e histórico, establecen, no puede ser de otro modo, las distintas formas y sentidos de la literatura.</div><div align="justify">Y nuestra realidad, la de los escritores o escritoras que nacimos entre los años 1950 y 1964, está muy delimitada en sus orígenes. En esa época primordial, hace ya más de 33 años, un general dirigió primero una guerra con tanques, aviones y miles de soldados a un palacio de gobierno que era defendido por un pedíatra que, hace ya más de 33 años, llevaba la cinta presidencial, un casco, y estaba armado con una vieja metralleta.</div><div align="justify">Lo que vino después fue el asfixiante dominio de la Secta de los Assasin, creación de una mente delirante. Por las noches la urbe mostraba sus épocas viles de bajeza, se desplazan por Santiago, en varios autos dejando una nube de terror, la secta de los Assasin, cuyas sonrisas los hace parecer mitad bestias y mitad humanos, vienen de torturar y violar a mujeres; entran a un boliche del centro de Santiago; obligan al tabernero a cerrarlo; dejan sus metralletas en una esquina; y beben y comen, riéndose de las víctimas, en un atmósfera densa de humo y cargado de pesados olores. Otro culto homicida surgió en las entrañas del fanatismo: la Secta de los Matanceros, cuya función era eliminar a los testigos. Los ataban a rieles de trenes y los lanzaban al mar, supuestamente para que no hablaran nunca más. Su cita preferida era: "Ahorra tus gritos, que nadie te oirá"</div><div align="justify">Para que Los Assasin actuaran, para que estos actuaran sin errores, se declaró el Estado de Guerra. Llegaron a tener tal influencia que otras Sectas, que al comienzo veían a los Assasin como simples funcionarios, llegaron a temerles. Es que su principal carácter era la ofuscación. La Secta de Los Comunicadores, por ejemplo, mutaron el lenguaje y, desde entonces, donde decía opositor, escribieron "terrorista", donde decía defensor de derechos humanos decían "tontos útiles". Ellos también sabían que el lenguaje no era inocente y que el lenguaje también es responsable. Según la leyenda, los Assasin y los Matanceros hicieron desaparecer a tres mil personas. Un informe de expertos encuentra el testimonio de 35 mil personas que pasaron por sus torturas. Aunque ha pasado ya su época, se dice que aún hay lugares donde, si uno se detiene un tiempo, puede oír quejidos y llantos. Por algunas razones nebulosas, los martirizados preferidos eran jóvenes, incluido niños y niñas.</div><div align="justify">A algunos de esos jóvenes se les ocurrió, en esas condiciones, escribir, muchas veces sin poder publicar lo que escribían y con el mundo editorial sometido a censura previa. Es la generación de los Escritores y Escritoras de la época de la Guerra que, nacidos entre los años 1950 y 1964, tenían entre 9 y 23 años al golpe militar de 1973.</div><div align="justify">Un porcentaje importante de ellos (entre un veinte o un treinta por ciento) se exiliaron o auto exiliaron. Varios de ellos estuvieron en la cárcel.</div><div align="justify">El joven literato se vio a menudo impulsado -por convicción, por generosidad, por coraje, por tantos otros motivos- a poner su acción en las premuras del momento y a luchar contra la Secta de los Assasin y defender la libertad.</div><div align="justify">No era fácil, pero hubo valor y coraje. Se ha forjado un carácter moral que la sociedad necesitaba. </div><div align="justify">Pero nada nos hará perder una cierta lucidez analítica. Uno no escribe, necesariamente, mejor o peor, por haber sido contrario a los Assasin, esa autoridad moral no lo convierte a uno en una autoridad literaria ni es garantía de excelencia literaria. Las obras cumbres son resultado, más que del contexto, de una síntesis superior y verdadera, una aventurada combinatoria de talento, de prudencia y de sabiduría.No se ha demostrado aún, hasta donde yo sé, que la libertad o la represión sean traba o estímulo, para la creación literaria. Nadie se convierte en un gran escritor por el simple hecho de estar en contra de un régimen de asesinos. El arte y la moral tienen una necesaria autonomía, sin una clara relación directa y simplista. Hay una conjugación, una conjugación entre el escritor y sus circunstancias, que no es unilateral ni vulgar.</div><div align="justify">Los resultados de la narrativa chilena deben medirse por su arte, por su belleza. No por efectos cívicos, propagandísticos, utilitarios o pedagógicos. Y los resultados del arte narrativo son hasta ahora -no puede ser de otro modo- desiguales y de algún modo circunscritos. </div><div align="justify">Estoy haciendo una afirmación cualitativa, hay que leer las novelas. No hablo de las novelas que más han vendido o que han tenido mejor crítica, hablo de toda la narrativa escrita por mi generación. Pues aquí existe otra trampa, que yo no quiero caer, hay libros que apenas han sido conocidos por el público y la crítica. No es problema mío. No es un problema de los escritores. No es problema mío ni de los escritores que el mercado actúe como actúe y que los medios sean selectivos a la hora de levantar u obviar a un escritor o a una escritora. No es problema de un escritor el comercio o la autosatisfacción facilista. A los escritores y escritoras debemos juzgarlos por su libros y por sus pretensiones, jamás por la cantidad de público o la cantidad de prensa. El escritor debe ser fiel a su vocación independiente.</div><div align="justify">Permítanme ser exigente y autocrítico. Hay logros reveladores a nivel de la novela, aunque circunscritos, y dentro de los primeros habría que nombrar a Roberto Bolaño. De esa manera, el exilio, esa realidad chilena, cobró su precio. Ha ocurrido que los escritores y escritoras de esta generación han caminado por vías diversas y disímiles. Hablar de temáticas o estilos centrales sería un error analítico inexcusable. Establecer una normalización sería atropellar una notable y saludable amplitud. De algún modo, cada escritor busca su camino, su propia voz. O dicho de otro modo: lo que nos une es la variedad. Aunque todavía existen los normalizadores de uno u otro signo, la realidad es más desordenada y dispersa, y no hay otra cosa que leer y degustar, afinar el paladar y así diferenciar las buenas novelas de las menos buenas. Las novelas de esta generación soportan una variedad de estilos, temáticas, géneros y niveles de lenguaje. La pasión por lo lúdico y lo paródico, la disolución irónica de la solemnidad, el humor, la incorporación de íconos de la cultura de masas junto a elementos de la llamada alta cultura, la presencia profusa de lo metaficcional. Testimonios de la variedad y de la fragmentación de la sociedad actual es la prosa antidiscursiva, desestructurada de modelos y certezas narrativas, que mezcla materiales estéticos y entrecruza inesperados planos de significación.</div><div align="justify">Asimismo, esta generación busca también, por primera vez de modo sistemático, establecer lo que antes se llamaba literatura de género: literatura policial, feminista, erótica, cibernética o del folletín. Esto que antes era considerado para-literatura por los normalizadores o defensores de una literatura central, ha entregado durante los últimos años buenas novelas. Y es, además, un intento positivo de encontrarse con el público, contando una buena historia, evitando la camisa de fuerza de escribir sólo para una eventual crítica académica.</div><div align="justify">Así también se ha redescubierto, casi de modo sistemático, la fuerza de la novela histórica para contar o desmistificar la historia. Varios escritores hacen el trabajo de imaginar la construcción histórica, interpelando, a la vez, estos narradores, a los historiadores profesionales. Es más incitante leer la novela de Juanita Gallardo sobre Balmaceda, que leer un libro de historia sobre Balmaceda. De ese modo se hace relativo el abismo entre novelistas e historiadores, poniendo en cuestión a la ciencia histórica, o más bien, a cierto tipo de ciencia histórica. Estas novelas están evidenciando el aserto del profesor Jorge Peña Vial de que la ficción y la historia, desde el punto de vista formal y en sus estructuras, tienen un desarrollo muy semejante y están más emparentadas de lo que suele admitirse.</div><div align="justify">Y esto se conecta a la vez con algo muy extendido en la narrativa de esta generación, esto es, la cercanía o la tendencia a la disolución o evaporación de los contornos entre la ficción y la realidad, en el coqueteo con el testimonio. La narrativa, en este aspecto, se ha hecho más volátil y más irresoluta.</div><div align="justify">Pero la narrativa no son sólo novelas. Están los cuentos. Hay grandes cuentistas en mi generación. Y se podría afirmar, sin temor a equivocarse, que uno de los aportes principales de mi generación la han hecho los cuentistas. El cuento Danubio Pardo de Jaime Collyer, Los Pájaros de la Catedral de Uppsala de Jorge Calvo, Los favores concedidos de Lilian Elphick, Muertes de Pía Barros, Senzini de Roberto Bolaño, Matar al marido es la consigna de Sonia González, Ulises Mardones de Sergio Gómez, A la lumbre de la ciudad oncena de Roberto Rivera, Que buena voz se perdió para el tango de Ramón Díaz Eterovic, Déjalo ser de Diego Muñoz, Pelando a Rocío de Alberto Fuguet, Pequeña novela gótica de Marco Antonio de la Parra, Color Arena de Carolina Rivas, Yo nunca fui a Tijuana de Mauricio Electorat, entre otros muchos, son cuentos de gran estilo y profundidad, seguros y sensibles, que están a la par de los grandes cuentistas latinoamericanos (Quiroga, Borges, Cortázar).</div><div align="justify">El futuro de esta generación es un desafío. Dice Augusto Roa Bastos que el hombre es como un río. "Tiene barranca y orilla. Nace y desemboca en otros ríos. Alguna utilidad debe prestar. Mal río es el que muere en un estero..." (Hijo del Hombre). Es decir, nosotros los escritores y escritoras de esta Guerra nunca buscada, no tenemos evasivas para asumir con coraje, humildad y alegría el compromiso de nuestra pasión. La única obligación real de un escritor es ser fiel a su escritura. Aceptar la soledad del papel, escribir y luego sentirnos más claros y más livianos y luego sorprendernos por la cantidad de tiempo que le hemos dedicado a un libro. Nuestra generación aún no se despliega, la mayoría son cuarentones, tienen quince o veinte años aún de expansión y, estoy seguro, esta generación producirá sus mejores obras. Aunque, ya está dicho, nadie sabe la cantidad de tiempo que necesita el hombre errante para encontrarse a sí mismo. Este es un aspecto de cantidad y de esfuerzo. Déjenme decirlo con un chiste que le gustaba citar a Borges: 'Si diez mil monos se ponen a escribir en diez mil máquinas de escribir durante mil años es inevitable que surja de pronto la Divina Comedia.'</div><div align="justify">De eso se trata. Desear escribir la historia más hermosa del mundo, esa es la obsesión de cualquier escritor, como si uno fuera un testigo de un misterio humano, para que susciten los sueños del hombre, sus anhelos y sus abismos.<br />Inicialmente, varios de los artículos de este libro se publicaron en el Utopista Pragmático, dirigida por Eduardo Yentzen, que circuló como suplemento dominical del diario La Nación.Esos artículos, que han transitado también en el ciberespacio, principalmente en la página Proyecto Patrimonio que dirige Luis Martínez S., se han ampliado ahora, manteniendo su visión panorámica y periodística, algo cáustica, sobre los márgenes de la generación de narradores de los ochenta. He agregado entrevistas; críticas realizadas en medios extranjeros, y una visión ensayística inicial. También se agrega un listado bibliográfico, el más completo realizado hasta ahora, sobre los narradores y narradoras nacidas entre 1950 y 1964 y que han publicado libros de cuentos o novela.</span> </div><strong></strong><br /><strong>Agosin, Marjori (1955)</strong><br />Sagrada memoria (novela, Cuarto Propio,1994)<br />La Felicidad (cuentos, Cuarto Propio, 1991)<br />Las alfareras (cuentos, Cuarto Propio, 1994)<br />El gesto de la ausencia (cuentos, Cuarto Propio, 1999)<br /><br /><strong>Alvarez Riquelme, Mario (1951) </strong><br />El sendero de las candelillas (cuentos, Autoedición, 1988)<br />La vereda del horizonte (cuentos, Autoedición, 1990)<br /><strong></strong><br /><strong>Ampuero Roberto (1953) </strong><br />Boleros en La Habana (novela, Planeta, 1994)<br />¿Quién mató a Cristián Kusterman? (novela, Planeta, 1995)<br />El alemán de Atacama (novela, Planeta, 1995)<br />El hombre golondrina (cuentos, Planeta, 1998)<br />La guerra de los duraznos (novela, Andrés Bello, 2000)<br />Nuestros años de verde olivo (novela, Planeta, 1999)<br />Cita en el azul profundo (novela, Planeta, 2001)<br />Los Amantes de Estocolmo (novela, Planeta, 2003)<br />Pasiones griegas (novela, Planeta, 2006)<br /><strong><br />Andrade Dobson, Alexis (1953) </strong><br />La última hora del último día (cuentos, Atelí Ltda., 1994)<br /><strong></strong><br /><strong>Angelcos, Gregorio (1951) </strong><br />Cuentos para pensar que la esperanza es una verdad (cuentos, Crisol Ediciones,1989)<br />Dios necesita un siquiatra (cuentos, Ediciones Documentas, 1994) La vida es un pasadizo luminoso donde el hombre es una idea (Novela, Documentas, 1997)<br />El abuelo que comía mariposas (cuentos, Documentas, 2004)<br /><strong></strong><br /><strong>Arcos Levi, René (1964) </strong><br />Cuento Aparte (cuentos, Planeta, 1994)<br />Después de todo (novela, Planeta, 2001)<br /><strong></strong><br /><strong>Arenas, Desiderio (1950) </strong><br />La playa de los alacranes (novela, Planeta,1993)<br />Lo que Bob Dylan se llevó (novela, Planeta, 2000)<br /><strong></strong><br /><strong>Atria, Rodrigo (1952)<br /></strong>Siete cuentos (cuentos, Juventud, 1978)<br />La Despedida (novela, 1982)<br />La Hija del Mercader de Venecia (novela, Planeta-Chile, 1995)<br />Coplas de Sangre (novela, Planeta-Argentina, 1999)<br />La fácil hermosura del olvido (cuentos, Lom, 2005)<br /><strong><br />Avello Gaete, David (1957) </strong><br />Incidente en el Bío-Bío (novela, Autoedición, 1988)<br />Cuentos para no morir (cuentos, Autoedición, 1988)<br />Natalia, mi amor (novela, Autoedición. 1991)<br /><strong></strong><br /><strong>Azócar, Pablo (1959) </strong><br />Aunque tal vez haya cuchillos (cuentos, Araucaria, 1984)<br />El crimen de escribir (cuentos, Planeta, 1998)<br />Natalia (novela, Cuarto Propio, 2000)<br />El señor que aparece de espaldas (novela, Alfaguara, 1997)<br />Vivir no es nada raro (cuentos, Aguilar, 1998)<br /><strong></strong><br /><strong>Banic, Mario (1950)<br /></strong>Conceptualimcidad y otros cuentos (cuentos, Ovalle, 1985)<br />Ovalle: nueve cuentos (cuentos, Del Norte, 1993)<br />Cuentos de Limarí (cuentos, Caburga, 1996)<br />Luna negra (cuentos, Mosquito, 1998)<br /><strong><br />Barrios, Hernán (1951) </strong><br />Lamded immigrant (Cuentos, Documentas, 1990)<br />El país imaginario (Novela, Altazor, 1995)<br /><strong></strong><br /><strong>Barros, Pía (1956) </strong><br />Miedos Transitorios (cuentos, Ergo Sum, 1985)<br />A Horcajadas (cuentos, Mosquito, 1990)<br />El Tono Menor del Deseo (novela, Cuarto Propio, 1991)<br />Signos Bajo la Piel (cuentos, Grijalbo, 1994)<br />Los que sobran (cuentos, Asterión, 2002)<br /><strong></strong><br /><strong>Bizama, Ximena (Santiago, 1953) </strong><br />A través de estos ojos (cuentos, Mosquito, 1990)<br /><strong></strong><br /><strong>Briceño, Eduardo (1950) </strong><br />El burrero (Cuentos, Obsidiana, 1984)<br /><strong></strong><br /><strong>Bolaño, Roberto (1953-2003) </strong><br />Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, (novela, Anthropos, 1984) en colaboración con Antoni García Porta.<br />La pista de hielo (novela, Planeta, 1993)<br />La senda de los elefantes (novela, Ayuntamiento de Toledo, 1994)<br />La literatura nazi en España (novela, Seix Barral, 1996)<br />Estrella distante (novela, Anagrama. 1996)<br />Llamadas telefónicas (cuentos, Anagrama, 1996)<br />Los detectives salvaje (novela, Anagrama, 1998)<br />Amuleto (Novela, Anagrama, 1999)<br />Monsieur Pain (novela, Anagrama, 1999)<br />Nocturno de Chile (novela, Anagrama. 2000)<br />Putas asesinas (cuentos, Anagrama, 2001)<br />Amberes (novela. Anagrama, 2002)<br />Una novelita lumpen (novela, Mondadori, 2002)<br />El gaucho insufrible (cuentos, Anagrama, 2003)<br />2666 (novela , Anagrama, 2004)<br />El secreto del mal (cuentos, Anagrama, 2007)<br /><br /><strong>Bonnefoy, Michelle (1956) </strong><br />Una máquina para Chile (novela, Pehuén, 1986)<br />Siete días simplemente un papel y un muerto (novela, Ornitorrinco, 1988)<br />El desgano de un hombre ocupado (novela, LOM, 1988)<br />Vienen del miedo (novela, LOM, 2000)<br />Imágenes Letales (novela, LOM, 2004)<br /><br /><strong>Bórquez, Víctor (1960)</strong><br />Trofeos de caza (cuentos, 1985)<br />Ritos Nocturnos (cuentos, 1986)<br />Primeros juegos (novela, 1988)<br />Relatos de Sueño y luna (cuentos, 1997)<br />Fiesta de hombres solos (novela, 2000)<br />Desde la ternura (cuentos, 2002)<br />Función de trasnoche (novela, 2005)<br /><br /><strong>Brito, Eugenia (1950) </strong><br />Con todo respeto (cuentos, La Trastienda, 2004)<br /><br /><strong>Brodsky, Roberto (1957) </strong><br />El peor de los héroes (novela, Aguilar, 1999)<br />Ultimos días de la historia (novela, Ediciones B, Grupo Zeta, 2001)<br /><strong></strong><br /><strong>Calderón, Teresa (1955) </strong><br />Vida de perras (cuentos, Alfaguara, 2000)<br />Aventuras de Súper Inti (cuentos, 2000)<br />Analfabruja (cuentos, 2000)<br />El tesoro de la bruma (cuentos, 2001)<br />Esa mañana llovía a cántaros azules, (cuentos, 2001)<br />Amiga mía (novela, Alfaguara, 2003)<br /><strong><br />Caldés, Gabriel (1953) </strong><br />Trompas de Falopio (novela, Foro Nórdico, 2002) en colaboración con Omar Pérez Santiago<br /><strong></strong><br /><strong>Calvo, Jorge (1952) </strong><br />No queda tiempo (cuentos, Sin fronteras, 1985)<br />La partida (novela, Mosquito, 1991)<br />Fin de la Inocencia (cuentos, Foro Nórdico, 2003)<br />El emisario secreto (cuentos, Foro Nórdico, 2004)<br /><strong></strong><br /><strong>Carvajal, Yair (1951) </strong><br />El fisfiri detrás de los cristales azules (novela, Fondo Editorial I. Municipalidad de Coquimbo, 2003)<br />Dos menos dos y otros (cuentos, SECH La Serena, 1988)<br /><strong></strong><br /><strong>Casas, Francisco </strong><br />Yo, Yegua (novela, Planeta, 2004)<br /><strong></strong><br /><strong>Castillo Roberto (1957) </strong><br />Muriendo por la dulce patria (novela, Planeta, 1998)<br /><strong></strong><br /><strong>Chambeaux, Juan (1950) </strong><br />Quintaesencia (cuentos, Artecien, 1992)<br />El circo, el loco y lo demás (novela, 2001)<br /><strong></strong><br /><strong>Cohen, Gregory (1953) </strong><br />Los blues del orate (Stgo., 1986)<br />El mercenario ad honores (novela, Arte Cien, 1991)<br />El vacío histórico (novela)<br /><strong></strong><br /><strong>Collyer, Jaime (1955) </strong><br />Hacia el Nuevo Mundo (novela, Urbión, 1985)<br />Los años perdidos (cuentos, Almarabú, 1986)<br />El Infiltrado (novela, Mondadori, 1989)<br />Gente al Acecho (cuentos, Planeta, 1992)<br />Cien pájaros volando (novela, Planeta, 1995)<br />La Bestia en Casa (cuentos, Alfaguara, 1998)<br />El habitante del cielo (novela, Seix Barral, 2002)<br />Cuentos Privados (cuentos, Planeta, 2003)<br /><strong></strong><br /><strong>Contreras, Gonzalo (1958) </strong><br />La Danza Ejecutada (cuentos, Paralelo, 1986)<br />La Ciudad Anterior (novela, Planeta, 1991)<br />El gran mal (novela, Aguilar, 1998)<br />Los indicados (cuentos, Sudamericana, 2000)<br />El nadador (novela, Sudamericana, 2001)<br />La ley natural (novela, Sudamericana, 2004)<br />La voz del amo (cuentos, Seix Barral, 2005)<br /><strong></strong><br /><strong>Correa, Eduardo (1953) </strong><br />Valparaíso: la perla del barrio chino (novela, Gobierno Regional de Valparaíso, 2001)<br />La desmesura de la calma (cuentos, Altazor, 1999)<br /><br /><strong>Cuadros, Ricardo (1955) </strong><br />Orientación de Celva (novela, Aleda, 1993)<br />Constelación del monte (novela, RIL, 1996)<br />El fotógrafo belga (novela, Ril, 2006)<br /><br /><strong>de la Parra, Marco Antonio (1952) </strong><br />El deseo de toda ciudadana (novela, Ornitorrinco, 1984)<br />Sueños eróticos /amores imposibles (cuentos, Ornitorrinco,1986)<br />La guerra santa de Santiago de Chile (novela, Planeta, 1989)<br />Cuerpos prohibidos (novela, Planeta, 1991)<br />La Pérdida del tiempo (novela, Planeta, 1994)<br />Grandes éxitos: (y otros fracasos) (cuentos, Planeta, 1996)<br />Novelas enanas (cuentos, Alfaguara, 2000)<br />El año de la ballena (novela juvenil, Aguilar, 2001)<br />El cuaderno de Mayra (novela, Aguilar, 2003)<br /><strong><br />Díaz Bustamante, Jorge (1959)</strong><br />Ellos no lo saben (cuentos, Imprenta Atelí Ltda., 1992)<br /><strong></strong><br /><strong>Díaz Cid, César (1961)</strong><br />En la rama del cerezo (cuentos, Kultrun, 1988)<br /><strong></strong><br /><strong>Díaz Eterovic, Ramón (1956) </strong><br />Cualquier día (cuentos, Plastigraf, 1981)<br />Obsesión de Año Nuevo (cuentos, Gota Pura, 1982)<br />Atrás sin golpe (cuentos, Gota Pura, 1985)<br />Ese viejo cuento de amar (cuentos, Mosquito, 1990)<br />La ciudad está triste (novela, Sinfronteras, 1987)<br />Solo en la Oscuridad ( novela, LOM, 2003)<br />Nadie sabe más que los muertos (novela, Planeta, 1993)<br />Nunca enamores a un forastero (novela, Caligrafía azul, 1999)<br />Angeles y Solitarios (novela, Planeta, 1995)<br />Correr tras el viento (novela, Planeta, 1997)<br />Los siete hijos de Simenon (novela, LOM, 2000)<br />El ojo del alma (novela, LOM, 2001)<br />El hombre que pregunta (novela; LOM, 2002)<br />El color de la piel (novela, LOM, 2003)<br />A la sombra del dinero (novela, Lom, 2005)<br /><strong></strong><br /><strong>Electorat, Mauricio (1960) </strong><br />El paraíso tres veces al día (novela, Planeta, 1995)<br />Nunca fui a Tijuana y otros relatos (cuentos, Cuarto Propio, 2000)<br />La Burla del tiempo (novela, Planeta, 2004)<br /><strong></strong><br /><strong>Elordi, Santiago (1959) </strong><br />Cambio y fuera (cuentos, Hachette, 1992)<br />La caravana (novela, Dolmen, 1995)<br />Babieca (novela, L'Harmattan, 2002)<br />Carta a Dios desde un prostíbulo (novela, Norma, 2004)<br /><strong></strong><br /><strong>Elphick, Lilian (1959) </strong><br />La última canción de Maggie Alcázar (cuentos, Mosquito, 1990)<br />El otro afuera (Cuentos, Cuarto Propio, 2002)<br /><strong></strong><br /><strong>Fernandez, Pataglia </strong><br />La nueva construcción (cuentos, Trombo Azul, 1988)<br /><strong></strong><br /><strong>Fontaine Talavera, Arturo (1952) </strong><br />Oír Su Voz (novela, Planeta, 1992)<br />Cuando éramos Inmortales (novela, Alfaguara, 1998)<br /><strong></strong><br /><strong>Franz, Carlos (1959) </strong><br />El lugar donde estuvo el paraíso (novela, Planeta, 1997)<br />Santiago cero (novela, Nuevo extremo, 1989)<br />El desierto (novela, Mondadori, 2005)<br />Almuerzo de vampiros (novela, Alfaguara, 2007)<br /><strong></strong><br /><strong>Fuguet, Alberto (1964) </strong><br />Sobredosis (cuentos, Planeta, 1990)<br />Mala Onda (novela, Planeta, 1991)<br />Por Favor Rebobinar (novela, Planeta, 1994)<br />Tinta Roja (novela, Alfaguara, 1996)<br />Las películas de mi vida (novela, Harper Collins, 2003)<br />Cortos (cuentos, Alfaguara, 2004)<br /><strong></strong><br /><strong>Gaggero, Leonardo (1962) </strong><br />Elei (novela, Van-Norte, 1980)<br /><strong></strong><br /><strong>Gallardo, Juana (1952) </strong><br />Balmaceda: sus últimos días (novela, Cesoc, 1991)<br />Déjame que te cuente (novela, Planeta, 1997)<br />Herencia de fuego (Novela, Planeta, 2003)<br /><strong></strong><br /><strong>Gil, Antonio (1954) </strong><br />Hijo de mí (novela, Los Andes, 1992)<br />Cosa mentale (novela, Los Andes, 1995)<br />Mezquina memoria (novela, Cuarto Propio, 1997)<br />Las playas del otro mundo (novela, Seix Barral, 2005)<br /><strong></strong><br /><strong>Gómez, Sergio (1962) </strong><br />Adiós, Carlos Marx, nos vemos en el cielo (novela, Planeta, 1992)<br />Vidas ejemplares (novela, Planeta, 1994)<br />Partes del cuerpo que no se tocan (cuentos, Planeta, 1997)<br />El labio inferior (novela, Planeta, 1998)<br />Quique hache: detective (novela, Aguilar, 1999)<br />Buenas noches a todos (cuentos, Lengua de trapo, 2001)<br />Quique hache, el caballo fantasma (novela, Aguilar, 2001)<br />Cuarto A (novela, Norma, 2000)<br />La obra literaria de Mario Valdini (novela, Lengua de trapo, 2001)<br />Patagonia (novela, Seix Barral, 2005)<br /><strong></strong><br /><strong>González, Sonia (1958) </strong><br />Tejer historias (cuentos, Ergo Sum, 1986)<br />Matar al marido es la consigna (cuentos, Planeta, 1993)<br />El sueño de mi padre (novela, Planeta, 1997)<br />La imperfecta Desconocida (novela, Planeta, 2001)<br />La preciosa vida que soñamos (novela, Lom, 2007)<br /><strong><br />Griffero, Ramón (1954) </strong><br />Soy de la Plaza Italia (cuentos, Los Andes, 1992)<br /><strong></strong><br /><strong>Guadiana, Christian (1951) </strong><br />Bajo cielo sin estrellas (cuentos, Mosquito, 1991)<br /><strong></strong><br /><strong>Guelfenbein, Carla (1959) </strong><br />El revés del alma (novela, Aguilar, 2004)<br />La mujer de mi vida (novela, Alfaguara, 2006)<br /><strong></strong><br /><strong>Harris, Tomás (1956) </strong><br />Historia personal del miedo (cuentos, Planeta, 1994)<br /><strong><br />Henríquez, Roberto (1958) </strong><br />Contra la ternura (novela, Movimiento Falso, 1989)<br />Lo que usted no se imagina (novela, RIL, 1992)<br /><strong></strong><br /><strong>Hojman, Eugenio (1952) </strong><br />Epitafio para un hombre presunto (novela, 1987)<br /><strong></strong><br /><strong>Iturra, Carlos (1956) </strong><br />Otros Cuentos (cuentos, 1988)<br />Paisaje masculino (cuentos, Sudamericana, 1998)<br />Por arte de magia (novela, Caos, 1995)<br />Pretérito Presente (cuentos, Catalonia, 2004)<br /><strong></strong><br /><strong>Jaque, Claudio (1954) </strong><br />Un caso banal y otros cuentos (cuentos, Minga, 1984)<br />Esos pequeños equilibrios (Bruguera, 1985)<br />Amistades de hoy (Almarabú, 1986)<br />El ruido del tiempo (Galisnot, 1987)<br />Para llegar a Baden-Baden (novela, Planeta, 1990)<br />Puerta de escape (novela, Galinost, 1990)<br /><strong></strong><br /><strong>Jara, Pedro G. (1957) </strong><br />Disparos sobre Valdivia (cuentos)<br />O'Hara, investigador privado (novela, Kultrún, 1997)<br />Para murales (cuentos, Kultrun, 1988)<br />Plaza de la República (cuentos, Kultrun, 1990)<br />Relatos in blue (cuentos, SEREMI Educación, Los Lagos, 2002)<br /><strong><br />Jara V, Nelson </strong><br />El lado oscuro de la noche (novela, Anibal Pinto, 1990)<br /><strong><br />Jans, Sebastían (1953) </strong><br />Festín de perros (Cuentos, Autoedición. 1990)<br /><strong></strong><br /><strong>Langer-Moreno Ernesto (1956) </strong><br />El hombrecillo de los cuentos (cuentos, LOM, 1996)<br /><strong><br />Lemebel, Pedro </strong><br />Los incontables (cuentos, 1987)<br />Tengo miedo torero (novela, Seix Barral, 2001)<br /><strong><br />Magnet, Alberto (1953) </strong><br />Una muerte muy complicada (novela, Cuarto Propio, 2003)<br /><strong></strong><br /><strong>Marchant L., Jorge (1950)</strong><br />La Beatriz Ovalle (novela, Orión, 1977)<br />La noche que nunca ha gestado el día (novela, Cerro Santa Lucia, 1982)<br />Matan a la dama de las camelias<br />Sangre como la mía (novela, Alfaguara, 2006)<br /><strong></strong><br /><strong>Marchant, Reinaldo (1957) </strong><br />En el bosque, un ángel y demonio (novela, Mar del Plata, 1988)<br />El abuelo (novela, Andrés Bello, 1989)<br />Priapina (cuentos, Crisol, 1990)<br />Alquitrán y los gorriones (novela, Mosquito, 1990)<br />Varona en el jardín (novela, Yénexi, 1990)<br />Narraciones Maravillosas ( Nowadays,1992)<br />Imaginaciones (RIL, 1993)<br />El hombre de la mano seca (novela, RIL, 1992)<br />Una ave de prodigiosos colores (novela, RIL, 1993)<br />La Patria Golondrina (novela, RIL, 2003)<br />La alegría del pueblo (cuentos, Bravo y Allende, 2004)<br /><strong></strong><br /><strong>Marras, Sergio (1950) </strong><br />Por qué lloran los hombres (novela, Cuarto propio, 2003)<br /><strong></strong><br /><strong>Matamala, Tito (1963) </strong><br />Yo la amaba, pero eso no era lo más ridículo (cuentos, Univ. de Concepción, 1993.)<br />De cómo llegué a trabajar para Carlos Cardoen (novela, Grijalbo, 1996)<br />Historias del bar La Trivia (cuentos, Dolmen, 2002)<br />Hoy recuerdo la tarde en que le vendí mi alma al diablo: (era miércoles y llovía elefantes) (novela, Mondadori, 1995)<br />Manual del buen bebedor (cuentos, Planeta, 1999)<br />Dos novelas breves. (Cuarto propio, 2003)<br />Diccionario del buen bebedor (Planeta, 2005)<br />Pubis y otras Obsesiones. (Catalonia, 2006)<br /><strong></strong><br /><strong>Mellado, Marcelo (1955) </strong><br />El huidor (la novela del arte) (novela, Ojo de buey, 1992)<br />El objetor (cuentos, Cuarto Propio, 1998)<br />La provincia (novela, Sudamericana, 2001)<br />Informe Tapia (novela, Calabaza del diablo, 2005)<br /><strong></strong><br /><strong>Mihovilovich, Juan (1951) </strong><br />La última condena (novela, Pehuén, 1983)<br />Sus desnudos pies sobre la nieve (novela, Mosquito, 1990)<br />El clasificador (Cuentos, Pehuén, 1992)<br />El ventanal de la desolación (cuentos, Marana Tha, 1989)<br /><strong></strong><br /><strong>Mirando, Francisco (1962) </strong><br />Perros agónicos (cuentos, LOM, 1994)<br /><strong></strong><br /><strong>Montecino, Sonia (1954) </strong><br />La revuelta (novela, Ornitorrinco, 1988)Mujías, Javier (1960)<br />Cuando el Mapocho suena (novela, La Quinta Columna, 1989)<br /><strong></strong><br /><strong>Muñoz Bravo, Elena </strong><br />Antes de que se me olvide (novela, 2002)<br /><strong><br />Muñoz G, Fabiola (Santiago,1952) </strong><br />Sinfonía Inconclusa (novela, Talleres Gráficos de Norprint, 1990)<br /><strong></strong><br /><strong>Muñoz V., Diego (1956) </strong><br />Nada ha terminado (cuentos, Obsidiana, 1984)<br />Todo el amor en sus ojos (novela,Mosquito, 1990)<br />Lugares secretos (cuentos, Mosquito, 1993)<br />Flores para un cyborg (novela, Mondadori, 1997)<br />Angeles y verdugos (cuentos, Mosquito, 2002)<br />Déjalo ser (cuentos, Fondo de Cultura Económica, 2003)<br />De monstruos y bellezas (cuentos, Mosquito, 2007)<br /><strong></strong><br /><strong>Neira, Hernán (1960) </strong><br />Los viajes del Argonauta (novela, Mar del Plata, 1985)<br />A golpes de hacha y fuego (cuentos, Andrés Bello, 1995)<br />El sueño inconcluso (Planeta, 1999)<br /><strong></strong><br /><strong>Negrete Orbea, Patricio (1952) </strong><br />Brisas y huracanes (novela, Los libros del arcabuz, 1987)<br /><strong></strong><br /><strong>Novoa, Marcelo (1964) </strong><br />L.P. (cuentos, Trombo Azul. 1987)<br /><strong><br />Nuñez, Sergio (1960) </strong><br />Dice sombras (cuentos, Tinta Negra.1987)<br /><strong></strong><br /><strong>Ostornol, Antonio (1954) </strong><br />Los recodos del silencio (novela, Aconcagua, 1981)<br />El obsesivo mundo de Benjamín (novela, Pomaire, 1982)<br />Los años de la serpiente (novela, Ornitorrinco, 1991)<br /><strong><br />Oyarzún, Pavel (1963) </strong><br />El paso del diablo (novela, LOM, 2004)<br />San Román de la llanura (novela, Lom, 2006)<br /><strong><br />Palma, Rubén (1954) </strong><br />Brevet til Danmark (Novela, Hjulet, 1989)<br />Møder med Danmark (Cuentos, Hjulet,1993) F<br />ra lufthavn til lufthavn (Cuentos, Hovedland ,2001)<br /><strong></strong><br /><strong>Paredes, José (1951) </strong><br />Los elegidos (novela, Documentas, 1990)<br />Para nunca olvidar (cuentos, Obsidiana, 1985)<br /><strong></strong><br /><strong>Pascal, León (1964) </strong><br />Carretón de nostalgias (cuentos, 1990)<br />Delirium : (cuentos con y sin droga) (cuentos, LOM, 2000)<br />Un miembro en reposo (novela, RIL, 1993)<br /><strong></strong><br /><strong>Peña Muñoz, Manuel (1951) </strong><br />Dorada locura (cuentos, El Observador de Quillota, 1978)<br />El Niño del Pasaje ( Andrés Bello,1989)<br />María Carlota y Millaqueo (cuentos, Andrés Bello, 1991)<br />El collar de perlas negras (novela, Universitaria, 1994)<br />Un ángel me sopló al oído (Susaeta, 1995)<br />Por qué lloran los sauces (Colina, 1995)<br />El niño del pasaje (novela, Andrés Bello, 1997)<br />Mágico Sur (novela, SM, 1998)<br />La mujer de los labios rojos (cuentos, Casa de Luz, 2002)<br /><strong></strong><br /><strong>Pérez Santiago, Omar (1953) </strong><br />Malmö är Litet (novela, Skrivareförlaget i Skane, 1989)<br />La Novia de Borges (nouvelle, Foro Nórdico, 1991)<br />Memorias eróticas de un chileno en Suecia (cuentos, Foro Nórdico, 1992)<br />Negrito no me hagas mal (novela, Foro Nórdico, 2001)<br />Trompas de Falopio (novela, Foro Nórdico, 2002) en colaboración con Gabriel Caldés<br /><strong></strong><br /><strong>Pérez, Ricardo (1954) </strong><br />En esa copia feliz del edén (novela, Foro Nórdico de Aura Latina, 1990)<br /><strong></strong><br /><strong>Prado, Eugenia (1962) </strong><br />El cofre (novela, Caja Negra, 1987)<br />Cierta femenina oscuridad (novela, Cuarto Propio, 1996)<br />Lóbulo (novela, Cuarto Propio, 1998)<br />Hembros ( novela instalación, 2003)<br />Objetos del deseo (novela, Cuarto Propio, 2007)<br /><strong>Poblete, Verónica (1955) </strong><br />Inopinadamente blanca y brilladoramente (novela, Documentas, 1987)<br /><br /><strong>Riqueros, Silviana (1959) </strong><br />La celda (novela, RIL, 1991)<br />Cabina telefónica (cuentos, RIL, 1996)<br /><strong></strong><br /><strong>Rivas, Carolina (1961) </strong><br />Para amarte mejor (cuentos, Mosquito, 1990)<br />Dama en el jardín (cuentos, Aguilar, 2001)<br /><strong>Rivera Letelier, Hernán (1950) </strong><br />Cuentos breves y cuesco de brevas (1990)<br />La reina Isabel cantaba rancheras (novela, Planeta, 1994)<br />Himno del ángel parado en una pata (novela Planeta, 1996) Fatamorgana del amor con banda de música (novela, Planeta, 1998)<br />Donde mueren los valientes (novela, Sudamericana, 2000)<br />Los trenes se van al Purgatorio (novela, Planeta, 2002)<br />Canción para caminar sobre las aguas (novela, Planeta, 2004)<br />El fantasista (novela, Alfaguara, 2007)<br />Romance del duende que me escribe novelas (novela, Seix Barral, 2005)<br />Santa María de las rosas negras (novela, Seix barral, 2002)<br /><br /><strong>Rivera, Roberto (1950) </strong><br />La Pradera Ortopédica (cuentos 1986)<br />A Fuego Eterno Condenados (novela, Balandro, 1994)<br />La Piedra azul (novela, Bravo y Allende, 2001)<br /><strong></strong><br /><strong>Riveros, Patricio (1962-2005) </strong><br />El gato, ese ser desprestigiado (cuentos, Pluma y Pincel, 1995)<br />Ls habaneras no tenían calzones (cuentos, Cuarto Propio, 1999)<br />La mujer del cura Soto (novela, Cuarto Propio, 2002)<br />La dicha de ser un don nadie (Pluma y pincel,<br />Tarzán chileno perdido en Ámsterdam (Pluma y pincel, 1995)<br />El cuento del viejo piojento (cuentos, 1995)<br />El funeral de la felicidad (cuentos, Planeta, 1997)<br />La puerta chica más grande del mundo (, cuentos, Tinku, 2003)<br />El gallo que hizo dormir al día (Campvs, 2004)<br /><strong></strong><br /><strong>Rodríguez, Gabriel (1951) </strong><br />Hijos de la lluvia (novela, Documentas, 1988)<br /><strong></strong><br /><strong>Rodríguez, Guillermo (1962) </strong><br />Hacelmada, Campo de sangre (novela, LOM, 1991)<br /><strong></strong><br /><strong>Rodríguez, Mili (1954) </strong><br />Tentativas de amar a un monstruo (cuentos, El Conejo, 1987)<br />Amanece que no es poco (novela, Sudamericana, 1992)<br />Todos me amaban y ninguno me pagaba la luz (novela, Planeta, 1998)<br /><strong></strong><br /><strong>Rojas, Alejandra (1958) </strong><br />Legítima Defensa (novela, Planeta, 1993)<br />Noches de estreno (novela, Planeta, 1994)<br />El beneficio de la duda (novela, Seix barral, 1997)<br />Stradivarius Penitente (novela, Ollero & Ramos, 1999)<br /><strong><br />Rojas, Mario (1951) </strong><br />El tango de Edipo (novela, 1990)<br /><strong><br />Ruiz, Catalina (1957) </strong><br />Descarriados (cuentos, Autoedición. 1986)<br /><strong></strong><br /><strong>Ruiz, Octavio (1957) </strong><br />El final de las Gutiérrez (novela, Babel, 1993)<br /><strong></strong><br /><strong>Saldes, Sergio (1961) </strong><br />Natalia y el loco del parque (novela)<br /><strong></strong><br /><strong>Santa Cruz, Guadalupe (1952) </strong><br />Cita capital (cuentos, Cuarto Propio, 1992)<br />El Contagio (novela, Cuarto Propio, 1997)<br />Salir (La balsa) (novela, Cuarto Propio, 1989)<br /><strong></strong><br /><strong>Scherman Filer, Jorge (1955) </strong><br />Por el ojo de la cerradura (novela, Cuarto Propio, 1999)<br />Sepúlveda San Martín, Ramón (1951)<br />Red Rock (cuentos, Documentas. 1991)<br />Eclipse (Cuarto Propio, 2005)<br /><strong></strong><br /><strong>Serrano, Marcela (1951) </strong><br />Nosotras que nos queremos tanto (novela, Los Andes, 1991)<br />Para que no me olvides (novela, Los Andes, 1993)<br />Antigua vida mía (novela, Alfaguara, 1995)<br />El albergue de las mujeres tristes (novela, Alfaguara, 1997)<br />Nuestra señora de la soledad (novela, Alfaguara, 1999)<br />Un mundo raro (cuentos, Grijalbo, 2000)<br />Hasta siempre, mujercitas (novela, Planeta, 2004)<br /><strong>Simonetti, Pablo (1961) </strong><br />Vidas vulnerables (cuentos, Aguilar, 1999)<br />Madre que estás en el cielo (novela, Planeta, 2004)<br />La razón de los amantes (novela, Planeta, 2007)<br /><br /><strong>Spotorno, Radomiro (1950) </strong><br />El tesoro de la isla Mariposa (novela, Documentas, 1988)<br />La patrulla de Stalingrado (novela, Planeta, 1994)<br /><strong></strong><br /><strong>Sutherland, Juan Pablo </strong><br />Angeles negros (cuentos, Planeta, 1994)<br />Santo Roto (cuentos, LOM, 1999)<br /><strong></strong><br /><strong>Tamayo, Luis Alberto (1960) </strong><br />La Goleta Virgina (novela juvenil, EDB, 1998)<br />Ya es hora (cuentos, Sinfronteras, 1986)<br />Pequeña historia de la señorita X (novela, Fundación Chilena de Adopción, 2002)<br />Caballo loco, campeón del mundo (novela corta, EDB, 1998)<br /><strong></strong><br /><strong>Tapia, Digna </strong><br />Los muertos hablan como yo (novela, Cuarto Propio, 1992)<br />Las huellas de otros (cuentos, Ergo sumo, 1988)<br /><br /><strong>Torrealba, Alfredo Emilio (1950) </strong><br />Olor de fuego (cuentos, Eduardo Jarpa Editor. 1983)<br /><br /><strong>Tótoro, Dauno </strong><br />El buscador de ciudades (cuentos, Cuarto Propio, 1995)<br />La sonrisa del Caimán (novela, LOM, 1999)<br /><strong><br />Valdovinos Toro, Mario (1950) </strong><br />Para qué estamos con cuentos (Cuentos, Autoedición. 1988)<br />Guía de habitantes extraviados (cuentos, Autoedición. 1989)<br />Honor y Gloria a Bartolo (novela, Lámpara mágica, 2002)<br />Breviario de fantasmas (novela, Ril, 2005)<br /><strong><br />Valenzuela, Esteban (1964) </strong><br />Pichilemu Blue (novela, Los Andes, 1993)<br />Matilde espera carta de Alemania (novela, Los Andes, 1994)<br />Vera López, Freddy (1952)<br />Relatos de un desaparecido de la Unión (novela, 1995)<br /><strong><br />Verdugo Fuentes, Waldemar (1952) </strong><br />Libro de los Oficios (cuentos, Vogue, Ed. Lasser Press, 1994)<br /><strong><br />Vergara, Francisco (1958) </strong><br />Agente encubierto (novela policial, Mosquito, 1997)<br /><br />Fuente:<br /><strong>Escritores de la guerra</strong>. Vigencia de una generación de escritores chilenos.Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-50165030472300390802007-09-09T20:25:00.000-07:002008-12-10T03:05:28.789-08:00Escritores de la Guerra<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0xArVpcYC0I-LA7dunhUeN6qKc7Oeq0NQMnPSyGvHx3ezuq_dmq4tN1IcGRzysgTijxfPgcltquMS8sXOMYXfKtSUNU0am1RkotfYT2Fk7b-kAoYF9AWcdMyU9eZoeAhNiOnEMw/s1600-h/portescritores_w300px[1].jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5108411774800797730" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh0xArVpcYC0I-LA7dunhUeN6qKc7Oeq0NQMnPSyGvHx3ezuq_dmq4tN1IcGRzysgTijxfPgcltquMS8sXOMYXfKtSUNU0am1RkotfYT2Fk7b-kAoYF9AWcdMyU9eZoeAhNiOnEMw/s400/portescritores_w300px%5B1%5D.jpg" border="0" /></a> Escritores de la Guerra. Vigencia de una generación de Narradores Chilenos, de Omar Pérez Santiago, Ed. Foro Nórdico, Stgo., 2004; 126 pp.<br />Por Zenobio Saldivia<br />La obra fundamenta sobre la conveniencia de tipificar una nueva generación de escritores chilenos, no debidamente considerados a la fecha. Por ello, Pérez Santiago, da cuenta de la generación de narradores chilenos durante los años del Gobierno Militar. El autor ubica aquí a 108 escritores que publicaron durante el régimen militar, que ordena alfabéticamente y señala la biobibliografía de cada uno, durante el período mencionado; entre estos, incluye a autores que están en el país y otros que se encuentran en el extranjero como Ricardo Cuadros. En algunos casos, el autor analiza el sustrato ideológico y axiológico de la prosa de algunos de los autores, como por ejemplo Fuguet y Gómez, y en otros, simplemente aparece en su selección. <br />Zenobio Saldivia. <a href="http://www.critica.cl/anexos/libros_recibidos.html">Crítica.cl</a><br /><br /><strong>Narradores Chilenos<br />(nacidos entre 1950 y 1964)</strong><br /><strong>Agosin, Marjori </strong>(1955)<br />Sagrada memoria (novela, Cuarto Propio,1994)<br />La Felicidad (cuentos, Cuarto Propio, 1991)<br />Las alfareras (cuentos, Cuarto Propio, 1994)<br />El gesto de la ausencia (cuentos, Cuarto Propio, 1999)<br /><br /><strong>Alvarez Riquelme, Mario</strong> (1951)<br />El sendero de las candelillas (cuentos, Autoedición, 1988)<br />La vereda del horizonte (cuentos, Autoedición, 1990)<br /><br /><strong>Ampuero, Roberto</strong> (1953)<br />Boleros en La Habana (novela, Planeta, 1994)<br />¿Quién mató a Cristián Kusterman? (novela, Planeta, 1995)<br />El alemán de Atacama (novela, Planeta, 1995)<br />El hombre golondrina (cuentos, Planeta, 1998)<br />La guerra de los duraznos (novela, Andrés Bello, 2000)<br />Nuestros años de verde olivo (novela, Planeta, 1999)<br />Cita en el azul profundo (novela, Planeta, 2001)<br />Los Amantes de Estocolmo (novela, Planeta, 2003)<br />Pasiones griegas (novela, Planeta, 2006)<br /><br /><strong>Andrade Dobson, Alexis</strong> (1953)<br />La última hora del último día (cuentos, Atelí Ltda., 1994)<br /><br /><strong>Angelcos, Gregorio </strong>(1951)<br />Cuentos para pensar que la esperanza es una verdad (cuentos, Crisol Ediciones,1989)<br />Dios necesita un siquiatra (cuentos, Ediciones Documentas, 1994) <br />La vida es un pasadizo luminoso donde el hombre es una idea (Novela, Documentas, 1997) <br />El abuelo que comía mariposas (cuentos, Documentas, 2004) <br /><br /><strong>Arcos Levi, René</strong> (1964)<br />Cuento Aparte (cuentos, Planeta, 1994)<br />Después de todo (novela, Planeta, 2001)<br /><br /><strong>Arenas, Desiderio </strong>(1950)<br />La playa de los alacranes (novela, Planeta,1993)<br />Lo que Bob Dylan se llevó (novela, Planeta, 2000)<br /><br /><strong>Atria, Rodrigo</strong> (1952)<br />Siete cuentos (cuentos, Juventud, 1978)<br />La Despedida (novela, 1982) <br />La Hija del Mercader de Venecia (novela, Planeta-Chile, 1995)<br />Coplas de Sangre (novela, Planeta-Argentina, 1999)<br />La fácil hermosura del olvido (cuentos, Lom, 2005)<br /><br /><strong>Avello Gaete, David </strong>(1957)<br />Incidente en el Bío-Bío (novela, Autoedición, 1988)<br />Cuentos para no morir (cuentos, Autoedición, 1988)<br />Natalia, mi amor (novela, Autoedición. 1991)<br /><br /><strong>Azócar, Pablo</strong> (1959)<br />Aunque tal vez haya cuchillos (cuentos, Araucaria, 1984)<br />El crimen de escribir (cuentos, Planeta, 1998)<br />Natalia (novela, Cuarto Propio, 2000)<br />El señor que aparece de espaldas (novela, Alfaguara, 1997)<br />Vivir no es nada raro (cuentos, Aguilar, 1998)<br /><br /><strong>Banic, Mario </strong>(1950)<br />Conceptualimcidad y otros cuentos (cuentos, Ovalle, 1985)<br />Ovalle: nueve cuentos (cuentos, Del Norte, 1993)<br />Cuentos de Limarí (cuentos, Caburga, 1996)<br />Luna negra (cuentos, Mosquito, 1998)<br /><br /><strong>Barrios, Hernán</strong> (1951)<br />Lamded immigrant (Cuentos, Documentas, 1990)<br />El país imaginario (Novela, Altazor, 1995)<br /><br /><strong>Barros, Pía</strong> (1956)<br />Miedos Transitorios (cuentos, Ergo Sum, 1985)<br />A Horcajadas (cuentos, Mosquito, 1990)<br />El Tono Menor del Deseo (novela, Cuarto Propio, 1991) <br />Signos Bajo la Piel (cuentos, Grijalbo, 1994)<br />Los que sobran (cuentos, Asterión, 2002)<br /><br /><strong>Bizama, Ximena</strong> (Santiago, 1953)<br />A través de estos ojos (cuentos, Mosquito, 1990) <br /><br /><strong>Briceño, Eduardo</strong> (1950)<br />El burrero (Cuentos, Obsidiana, 1984)<br /><br /><strong>Bolaño, Roberto</strong> (1953-2003)<br />Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, <br />(novela, Anthropos, 1984) en colaboración con Antoni García Porta.<br />La pista de hielo (novela, Planeta, 1993)<br />La senda de los elefantes (novela, Ayuntamiento de Toledo, 1994)<br />La literatura nazi en España (novela, Seix Barral, 1996)<br />Estrella distante (novela, Anagrama. 1996) <br />Llamadas telefónicas (cuentos, Anagrama, 1996)<br />Los detectives salvaje (novela, Anagrama, 1998)<br />Amuleto (Novela, Anagrama, 1999)<br />Monsieur Pain (novela, Anagrama, 1999)<br />Nocturno de Chile (novela, Anagrama. 2000)<br />Putas asesinas (cuentos, Anagrama, 2001)<br />Amberes (novela. Anagrama, 2002)<br />Una novelita lumpen (novela, Mondadori, 2002)<br />El gaucho insufrible (cuentos, Anagrama, 2003) <br /><br /><strong>Bonnefoy, Michelle</strong> (1956)<br />Una máquina para Chile (novela, Pehuén, 1986)<br />Siete días simplemente un papel y un muerto (novela, Ornitorrinco, 1988)<br />El desgano de un hombre ocupado (novela, LOM, 1988)<br />Vienen del miedo (novela, LOM, 2000)<br />Imágenes Letales (novela, LOM, 2004)<br /><br /><strong>Bórquez, Víctor </strong>(1960)<br />Trofeos de caza (cuentos, 1985)<br />Ritos Nocturnos (cuentos, 1986)<br />Primeros juegos (novela, 1988)<br />Relatos de Sueño y luna (cuentos, 1997)<br />Fiesta de hombres solos (novela, 2000)<br />Desde la ternura (cuentos, 2002)<br />Función de trasnoche (novela, 2005)<br /><br /><strong>Brito, Eugenia</strong> (1950)<br />Con todo respeto (cuentos, La Trastienda, 2004)<br /><strong><br /><br />Brodsky, Roberto</strong> (1957)<br />El peor de los héroes (novela, Aguilar, 1999)<br />Ultimos días de la historia (novela, Ediciones B, Grupo Zeta, 2001)<br /><br /><strong>Calderón, Teresa</strong> (1955)<br />Vida de perras (cuentos, Alfaguara, 2000) <br />Amiga mía (novela, Alfaguara, 2003)<br />Aventuras de Súper Inti (cuentos, 2000) <br />Analfabruja (cuentos, 2000) <br />El tesoro de la bruma (cuentos, 2001)<br />Esa mañana llovía a cántaros azules, (cuentos, 2001) <br /><br /><strong>Caldés, Gabriel</strong> (1953)<br />Trompas de Falopio (novela, Foro Nórdico, 2002)<br />en colaboración con Omar Pérez Santiago<br /><br /><strong>Calvo, Jorge </strong>(1952)<br />No queda tiempo (cuentos, Sin fronteras, 1985)<br />La partida (novela, Mosquito, 1991) <br />Fin de la Inocencia (cuentos, Foro Nórdico, 2003)<br />El emisario secreto (cuentos, Foro Nórdico, 2004)<br /><br /><strong>Carvajal, Yair</strong> (1951)<br />El fisfiri detrás de los cristales azules (novela, Fondo Editorial I. <br />Municipalidad de Coquimbo, 2003)<br />Dos menos dos y otros (cuentos, SECH La Serena, 1988)<br /><br /><strong>Casas, Francisco</strong><br />Yo, Yegua (novela, Planeta, 2004)<br /><br /><strong>Castillo Roberto </strong>(1957)<br />Muriendo por la dulce patria (novela, Planeta, 1998)<br /><br /><strong>Chambeaux, Juan </strong>(1950)<br />Quintaesencia (cuentos, Artecien, 1992)<br />El circo, el loco y lo demás (novela, 2001)<br /><br /><strong>Cohen, Gregory </strong>(1953)<br />Los blues del orate (Stgo., 1986) <br />El mercenario ad honores (novela, Arte Cien, 1991)<br />El vacío histórico (novela)<br /><br /><strong>Collyer, Jaime</strong> (1955)<br />Hacia el Nuevo Mundo (novela, Urbión, 1985)<br />Los años perdidos (cuentos, Almarabú, 1986)<br />El Infiltrado (novela, Mondadori, 1989)<br />Gente al Acecho (cuentos, Planeta1992)<br />Cien pájaros volando (novela, Planeta, 1995)<br />La Bestia en Casa (cuentos, Alfaguara, 1998)<br />El habitante del cielo (novela, Seix Barral, 2002)<br />Cuentos Privados (cuentos, Planeta, 2003)<br /><br /><strong>Contreras, Gonzalo</strong> (1958)<br />La Danza Ejecutada (cuentos, Paralelo, 1986) <br />La Ciudad Anterior (novela, Planeta, 1991)<br />El gran mal (novela, Aguilar, 1998)<br />Los indicados (cuentos, Sudamericana, 2000)<br />El nadador (novela, Sudamericana, 2001)<br />La ley natural (novela, Sudamericana, 2004)<br />La voz del amo (cuentos, Seix Barral, 2005)<br /><br /><strong>Correa, Eduardo</strong> (1953)<br />Valparaíso: la perla del barrio chino (novela, Gobierno Regional de Valparaíso, 2001)<br />La desmesura de la calma (cuentos, Altazor, 1999)<br /><br /><strong>Cuadros, Ricardo</strong> (1955)<br />Orientación de Celva (novela, Aleda, 1993)<br />Constelación del monte (novela, RIL, 1996)<br />El fotógrafo belga (novela, Ril, 2006)<br /><br /><strong>de la Parra, Marco Antonio</strong> (1952)<br />El deseo de toda ciudadana (novela, Ornitorrinco, 1984)<br />Sueños eróticos /amores imposibles (cuentos, Ornitorrinco,1986)<br />La guerra santa de Santiago de Chile (novela, Planeta, 1989)<br />Cuerpos prohibidos (novela, Planeta, 1991)<br />La Pérdida del tiempo (novela, Planeta, 1994)<br />Grandes éxitos: (y otros fracasos) (cuentos, Planeta, 1996)<br />Novelas enanas (cuentos, Alfaguara, 2000)<br />El año de la ballena (novela juvenil, Aguilar, 2001)<br />El cuaderno de Mayra (novela, Aguilar, 2003)<br /><br /><strong>Díaz Bustamante, Jorge</strong> (1959)<br />Ellos no lo saben (cuentos, Imprenta Atelí Ltda. 1992)<br /><br /><strong>Díaz Cid, César</strong> (1961)<br />En la rama del cerezo (cuentos, Kultrun, 1988)<br /><br /><strong>Díaz Eterovic, Ramón</strong> (1956)<br />Cualquier día (cuentos, Plastigraf, 1981)<br />Obsesión de Año Nuevo (cuentos, Gota Pura, 1982)<br />Atrás sin golpe (cuentos, Gota Pura, 1985)<br />Ese viejo cuento de amar (cuentos, Mosquito, 1990)<br />La ciudad está triste (novela, Sinfronteras, 1987)<br />Solo en la Oscuridad ( novela, LOM, 2003)<br />Nadie sabe más que los muertos (novela, Planeta, 1993)<br />Nunca enamores a un forastero (novela, Caligrafía azul, 1999)<br />Angeles y Solitarios (novela, Planeta, 1995)<br />Correr tras el viento (novela, Planeta, 1997)<br />Los siete hijos de Simenon (novela, LOM, 2000)<br />El ojo del alma (novela, LOM, 2001)<br />El hombre que pregunta (novela; LOM, 2002)<br />El color de la piel (novela, LOM, 2003)<br />A la sombra del dinero (novela, Lom, 2005)<br /><br /><strong>Electorat, Mauricio</strong> (1960)<br />El paraíso tres veces al día (novela, Planeta, 1995)<br />Nunca fui a Tijuana y otros relatos (cuentos, Cuarto Propio, 2000)<br />La Burla del tiempo (novela, Planeta, 2004)<br /><br /><strong>Elordi, Santiago</strong> (1959)<br />Cambio y fuera (cuentos, Hachette, 1992)<br />La caravana (novela, Dolmen, 1995)<br />Babieca (novela, L'Harmattan, 2002)<br />Carta a Dios desde un prostíbulo (novela, Norma, 2004)<br /><br /><strong>Elphick, Lilian </strong>(1959)<br />La última canción de Maggie Alcázar (cuentos, Mosquito, 1990)<br />El otro afuera (Cuentos, Cuarto Propio, 2002)<br /><br /><strong>Fernandez, Pataglia</strong><br />La nueva construcción (cuentos, Trombo Azul, 1988)<br /><br /><strong>Fontaine Talavera, Arturo </strong>(1952)<br />Oír Su Voz (novela, Planeta, 1992)<br />Cuando éramos Inmortales (novela, Alfaguara, 1998) <br /><br /><strong>Franz, Carlos</strong> (1959)<br />El lugar donde estuvo el paraíso (novela, Planeta, 1997)<br />Santiago cero (novela, Nuevo extremo, 1989)<br />El desierto (novela, Mondadori, 2005)<br />Almuerzo de vampiros (novela, Alfaguara, 2007)<br /><br /><strong>Fuguet, Alberto </strong>(1964)<br />Sobredosis (cuentos, Planeta, 1990)<br />Mala Onda (novela, Planeta, 1991) <br />Por Favor Rebobinar (novela, Planeta, 1994) <br />Tinta Roja (novela, Alfaguara, 1996)<br />Las películas de mi vida (novela, Harper Collins, 2003)<br />Cortos (cuentos, Alfaguara, 2004)<br /><br /><strong>Gaggero, Leonardo</strong> (1962)<br />Elei (novela, Van-Norte, 1980)<br /><br /><strong>Gallardo, Juana</strong> (1952)<br />Balmaceda: sus últimos días (novela, Cesoc, 1991)<br />Déjame que te cuente (novela, Planeta, 1997)<br />Herencia de fuego (Novela, Planeta, 2003)<br /><strong><br />Gil, Antonio</strong> (1954)<br />Hijo de mí (novela, Los Andes, 1992)<br />Cosa mentale (novela, Los Andes, 1995)<br />Mezquina memoria (novela, Cuarto Propio, 1997)<br />Las playas de otro mundo (novela, Seix Barral, 2005)<br /><br /><strong>Gómez, Sergio</strong> (1962)<br />Adiós, Carlos Marx, nos vemos en el cielo (novela, Planeta, 1992)<br />Vidas ejemplares (novela, Planeta, 1994)<br />Partes del cuerpo que no se tocan (cuentos, Planeta, 1997)<br />El labio inferior (novela, Planeta, 1998)<br />Quique hache: detective (novela, Aguilar, 1999)<br />Buenas noches a todos (cuentos, Lengua de trapo, 2001)<br />Quique hache, el caballo fantasma (novela, Aguilar, 2001)<br />Cuarto A (novela, Norma, 2000)<br />La obra literaria de Mario Valdini (novela, Lengua de trapo, 2001)<br />Patagonia (novela, Seix Barral, 2005)<br /><br /><strong>González, Sonia</strong> (1958)<br />Tejer historias (cuentos, Ergo Sum, 1986)<br />Matar al marido es la consigna (cuentos, Planeta, 1993)<br />El sueño de mi padre (novela, Planeta, 1997)<br />La imperfecta Desconocida (novela, Planeta, 2001)<br /><br /><strong>Griffero, Ramón</strong> (1954)<br />Soy de la Plaza Italia (cuentos, Los Andes, 1992)<br /><br /><strong>Guadiana, Christian</strong> (1951)<br />Bajo cielo sin estrellas (cuentos, Mosquito, 1991)<br /><br /><strong>Guelfenbein, Carla </strong>(1959)<br />El revés del alma (novela, Aguilar, 2004)<br />La mujer de mi vida (novela, Alfaguara, 2006)<br /><br /><strong>Harris, Tomás</strong> (1956)<br />Historia personal del miedo (cuentos, Planeta, 1994)<br /><br /><strong>Henríquez, Roberto</strong> (1958)<br />Contra la ternura (novela, Movimiento Falso, 1989)<br />Lo que usted no se imagina (novela, RIL, 1992)<br /><br /><strong>Hojman, Eugenio</strong> (1952)<br />Epitafio para un hombre presunto (novela, 1987)<br /><br /><strong>Iturra, Carlos </strong>(1956) <br />Otros Cuentos (cuentos, 1988)<br />Paisaje masculino (cuentos, Sudamericana, 1998)<br />Por arte de magia (novela, Caos, 1995)<br />Pretérito Presente (cuentos, Catalonia, 2004)<br /><br /><strong>Jaque, Claudio</strong> (1954)<br />Un caso banal y otros cuentos (cuentos, Minga, 1984)<br />Esos pequeños equilibrios (Bruguera, 1985)<br />Amistades de hoy (Almarabú, 1986) <br />El ruido del tiempo (Galisnot, 1987)<br />Para llegar a Baden-Baden (novela, Planeta, 1990)<br />Puerta de escape (novela, Galinost, 1990)<br /><br /><strong>Jara, Pedro G.</strong> (1957)<br />Disparos sobre Valdivia (cuentos) <br />O'Hara, investigador privado (novela, Kultrún, 1997)<br />Para murales (cuentos, Kultrun, 1988)<br />Plaza de la República (cuentos, Kultrun, 1990)<br />Relatos in blue (cuentos, SEREMI Educación, Los Lagos, 2002)<br /><br /><strong>Jara V, Nelson</strong><br />El lado oscuro de la noche (novela, Anibal Pinto, 1990)<br /><br />Jans, Sebastían (1953)<br />Festín de perros (Cuentos, Autoedición. 1990)<br /><br /><strong>Langer-Moreno Ernesto</strong> (1956)<br />El hombrecillo de los cuentos (cuentos, LOM, 1996)<br /><br /><strong>Lemebel, Pedro</strong><br />Los incontables (cuentos, 1987)<br />Tengo miedo torero (novela, Seix Barral, 2001)<br /><br /><strong>Magnet, Alberto</strong> (1953)<br />Una muerte muy complicada (novela, Cuarto Propio, 2003)<br /><br /><strong>Marchant L., Jorge </strong>(1950)<br />La Beatriz Ovalle (novela, Orión, 1977) <br />La noche que nunca ha gestado el día (novela, Cerro Santa Lucia, 1982) <br />Matan a la dama de las camelias (?)<br />Sangre como la mía (novela, Alfaguara, 2006)<br /><br /><strong>Marchant, Reinaldo </strong>(1957)<br />En el bosque, un ángel y demonio (novela, Mar del Plata, 1988)<br />El abuelo (novela, Andrés Bello, 1989) <br />Priapina (cuentos, Crisol, 1990) <br />Alquitrán y los gorriones (novela, Mosquito, 1990) <br />Varona en el jardín (novela, Yénexi, 1990) <br />Narraciones Maravillosas ( Nowadays,1992) <br />Imaginaciones (RIL, 1993)<br />El hombre de la mano seca (novela, RIL, 1992)<br />Una ave de prodigiosos colores (novela, RIL, 1993) <br />La Patria Golondrina (novela, RIL, 2003)<br />La alegría del pueblo (cuentos, Bravo y Allende, 2004)<br /><br /><strong>Marras, Sergio</strong> (1950)<br />Por qué lloran los hombres (novela, Cuarto propio, 2003)<br /><br /><strong>Matamala, Tito</strong> (1963)<br />Yo la amaba, pero eso no era lo más ridículo (cuentos, U. de Concepción, 1993.)<br />De cómo llegué a trabajar para Carlos Cardoen (novela, Grijalbo, 1996)<br />Historias del bar La Trivia (cuentos, Dolmen, 2002)<br />Hoy recuerdo la tarde en que le vendí mi alma al diablo: <br />(era miércoles y llovía elefantes) (novela, Mondadori, 1995)<br />Manual del buen bebedor (cuentos, Planeta, 1999)<br />Dos novelas breves. (Cuarto propio, 2003)<br />Diccionario del buen bebedor (Planeta, 2005)<br />Pubis y otras Obsesiones. (Catalonia, 2006)<br /><br /><strong>Mellado, Marcelo</strong> (1955)<br />El huidor (la novela del arte) (novela, Ojo de buey, 1992)<br />El objetor (cuentos, Cuarto Propio, 1998)<br />La provincia (novela, Sudamericana, 2001)<br />Informe Tapia (novela, Calabaza del diablo, 2005)<br /><br /><strong>Mihovilovich, Juan</strong> (1951)<br />La última condena (novela, Pehuén, 1983)<br />Sus desnudos pies sobre la nieve (novela, Mosquito, 1990)<br />El clasificador (Cuentos, Pehuén, 1992)<br />El ventanal de la desolación (cuentos, Marana Tha, 1989)<br /><br /><strong>Mirando, Francisco </strong>(1962)<br />Perros agónicos (cuentos, LOM, 1994)<br /><br /><strong>Montecino, Sonia </strong>(1954)<br />La revuelta (novela, Ornitorrinco, 1988)<br /><br /><strong>Mujías, Javier</strong> (1960)<br />Cuando el Mapocho suena (novela, La Quinta Columna, 1989)<br /><br /><strong>Muñoz Bravo, Elena</strong><br />Antes de que se me olvide (novela, 2002)<br /><br /><strong>Muñoz G, Fabiola</strong> (Santiago,1952)<br />Sinfonía Inconclusa (novela, Talleres Gráficos de Norprint, 1990)<br /><br /><strong>Muñoz V., Diego </strong>(1956) <br />Nada ha terminado (cuentos, Obsidiana, 1984) <br />Todo el amor en sus ojos (novela,Mosquito, 1990) <br />Lugares secretos (cuentos, Mosquito, 1993) <br />Flores para un cyborg (novela, Mondadori, 1997) <br />Angeles y verdugos (cuentos, Mosquito, 2002)<br />Déjalo ser (cuentos, Fondo de Cultura Económica, 2003)<br />De monstruos y bellezas (cuentos, Mosquito, 20079<br /><br /><strong>Neira, Hernán (</strong>1960)<br />Los viajes del Argonauta (novela, Mar del Plata, 1985)<br />A golpes de hacha y fuego (cuentos, Andrés Bello, 1995)<br />El sueño inconcluso (Planeta, 1999)<br /><br /><strong>Negrete Orbea, Patricio </strong>(1952)<br />Brisas y huracanes (novela, Los libros del arcabuz, 1987)<br /><br /><strong>Novoa, Marcelo</strong> (1964)<br />L.P. (cuentos, Trombo Azul. 1987) <br /><br /><strong>Nuñez, Sergio </strong>(1960)<br />Dice sombras (cuentos, Tinta Negra.1987)<br /><br /><strong>Ostornol, Antonio</strong> (1954)<br />Los recodos del silencio (novela, Aconcagua, 1981)<br />El obsesivo mundo de Benjamín (novela, Pomaire, 1982) <br />Los años de la serpiente (novela, Ornitorrinco, 1991) <br /><br /><strong>Oyarzún, Pavel</strong> (1963)<br />El paso del diablo (novela, LOM, 2004)<br />San Román de la llanura (novela, Lom, 2006)<br /><br /><strong>Palma, Rubén (</strong>1954)<br />Brevet til Danmark (Novela, Hjulet, 1989)<br />Møder med Danmark (Cuentos, Hjulet,1993) <br />Fra lufthavn til lufthavn (Cuentos, Hovedland ,2001)<br /><br /><strong>Paredes, José</strong> (1951)<br />Los elegidos (novela, Documentas, 1990)<br />Para nunca olvidar (cuentos, Obsidiana, 1985)<br /><br /><strong>Pascal, León </strong>(1964)<br />Carretón de nostalgias (cuentos, 1990)<br />Delirium : (cuentos con y sin droga) (cuentos, LOM, 2000)<br />Un miembro en reposo (novela, RIL, 1993)<br /><br /><strong>Peña Muñoz, Manuel</strong> (1951)<br />Dorada locura (cuentos, El Observador de Quillota, 1978)<br />El Niño del Pasaje ( Andrés Bello,1989)<br />María Carlota y Millaqueo (cuentos, Andrés Bello, 1991)<br />El collar de perlas negras (novela, Universitaria, 1994)<br />Un ángel me sopló al oído (Susaeta, 1995)<br />Por qué lloran los sauces (Colina, 1995)<br />El niño del pasaje (novela, Andrés Bellos, 1997)<br />Mágico Sur (novela, SM, 1998)<br />La mujer de los labios rojos (cuentos, Casa de Luz, 2002)<br /><br /><strong>Pérez Santiago, Omar</strong> (1953)<br />Malmö är Litet (novela, Skrivareförlaget i Skane, 1989)<br />La Novia de Borges (nouvelle, Foro Nórdico, 1991)<br />Memorias eróticas de un chileno en Suecia (cuentos, Foro Nórdico, 1992)<br />Negrito no me hagas mal (novela, Foro Nórdico, 2001)<br />Trompas de Falopio (novela, Foro Nórdico, 2002) <br />en colaboración con Gabriel Caldés<br /><br /><strong>Pérez, Ricardo</strong> (1954)<br />En esa copia feliz del edén (novela, Foro Nórdico de Aura Latina, 1990)<br /><br /><strong>Prado, Eugenia </strong>(1962)<br />Cierta femenina oscuridad (novela, Cuarto Propio, 1996)<br />El cofre (novela, Caja Negra, 1987)<br />Lóbulo (novela, Cuarto Propio, 1998)<br /><br /><strong>Poblete, Verónica</strong> (1955)<br />Inopinadamente blanca y brilladoramente (novela, Documentas, 1987)<br /><br /><strong>Riqueros, Silviana </strong>(1959)<br />La celda (novela, RIL, 1991)<br />Cabina telefónica (cuentos, RIL, 1996)<br /><br /><strong>Rivas, Carolina </strong>(1961)<br />Para amarte mejor (cuentos, Mosquito, 1990)<br />Dama en el jardín (cuentos, Aguilar, 2001)<br /><br /><strong>Rivera Letelier, Hernán</strong> (1950)<br />Cuentos breves y cuesco de brevas (1990)<br />La reina Isabel cantaba rancheras (novela, Planeta, 1994)<br />Himno del ángel parado en una pata (novela Planeta, 1996) <br />Fatamorgana del amor con banda de música (novela, Planeta, 1998)<br />Donde mueren los valientes (novela, Sudamericana, 2000) <br />Los trenes se van al Purgatorio (novela, Planeta, 2002)<br />Canción para caminar sobre las aguas (novela, Planeta, 2004)<br />El fantasista (novela, Alfaguara, 2007)<br />Romance del duende que me escribe novelas (novela, Seix Barral, 2005)<br />Santa María de las rosas negras (novela, Seix barral, 2002)<br /><br /><strong>Rivera, Roberto</strong> (1950)<br />La Pradera Ortopédica (cuentos 1986)<br />A Fuego Eterno Condenados (novela, Balandro, 1994)<br />La Piedra azul (novela, Bravo y Allende, 2001)<br /><br /><strong>Riveros, Patricio </strong>(1962-2005)<br />El gato, ese ser desprestigiado (cuentos, Pluma y Pincel, 1995)<br />Las habaneras no tenían calzones (cuentos, Cuarto Propio, 1999)<br />La mujer del cura Soto (novela, Cuarto Propio, 2002)<br />La dicha de ser un don nadie (Pluma y pincel, <br />Tarzán chileno perdido en Ámsterdam (Pluma y pincel, 1995)<br />El cuento del viejo piojento (cuentos, 1995)<br />El funeral de la felicidad (cuentos, Planeta, 1997)<br />La puerta chica más grande del mundo (Tinku, 2003)<br />El gallo que hizo dormir al día (Campvs, 2004)<br /><br /><strong>Rodríguez, Gabriel</strong> (1951)<br />Hijos de la lluvia (novela, Documentas, 1988)<br /><br />Rodríguez, Guillermo (1962)<br />Hacelmada, Campo de sangre (novela, LOM, 1991)<br /><br /><strong>Rodríguez, Mili </strong>(1954)<br />Tentativas de amar a un monstruo (cuentos, El Conejo, 1987)<br />Amanece que no es poco (novela, Sudamericana, 1992)<br />Todos me amaban y ninguno me pagaba la luz (novela, Planeta, 19989<br /><br /><strong>Rojas, Alejandra </strong>(1958)<br />Legítima Defensa (novela, Planeta, 1993)<br />Noches de estreno (novela, Planeta, 1994)<br />El beneficio de la duda (novela, Seix barral, 1997) <br />Stradivarius Penitente (novela, Ollero & Ramos, 1999)<br /><br /><strong>Rojas, Mario </strong>(Santiago, 1951)<br />El tango de Edipo (novela, 1990) <br /><br /><strong>Ruiz, Catalina</strong> (1957)<br />Descarriados (cuentos, Autoedición. 1986)<br /><br /><strong>Ruiz, Octavio</strong> (1957)<br />El final de las Gutiérrez (novela, Babel, 1993)<br /><br /><strong>Saldes, Sergio</strong> (1961)<br />Natalia y el loco del parque (novela)<br /><br /><strong>Santa Cruz, Guadalupe</strong> (1952)<br />Cita capital (cuentos, Cuarto Propio, 1992)<br />El Contagio (novela, Cuarto Propio, 1997)<br />Salir (La balsa) (novela, Cuarto Propio, 1989)<br /><br /><strong>Scherman Filer, Jorge</strong> (1955)<br />Por el ojo de la cerradura (novela, Cuarto Propio, 1999)<br />Sepúlveda San Martín, Ramón (1951)<br />Red Rock (cuentos, Documentas. 1991)<br />Eclipse (Cuarto Propio, 20059<br /><br /><strong>Serrano, Marcela </strong>(1951)<br />Nosotras que nos queremos tanto (novela, Los Andes, 1991)<br />Para que no me olvides (novela, Los Andes, 1993)<br />Antigua vida mía (novela, Alfaguara, 1995) <br />El albergue de las mujeres tristes (novela, Alfaguara, 1997)<br />Nuestra señora de la soledad (novela, Alfaguara, 1999)<br />Un mundo raro (cuentos, Grijalbo, 2000)<br />Hasta siempre, mujercitas (novela, Planeta, 2004)<br />Madre que estás en el cielo (novela, Planeta, 2004)<br /><br /><strong>Simonetti, Pablo</strong> (1961)<br />Madre que estás en los cielos (novela, Planeta, 2004)<br />La razón de los amantes (novela, Planeta, 2007)<br /><br /><strong>Spotorno, Radomiro</strong> (1950)<br />El tesoro de la isla Mariposa (novela, Documentas, 1988)<br />La patrulla de Stalingrado (novela, Planeta, 1994)<br /><br /><strong>Sutherland, Juan Pablo</strong><br />Angeles negros (cuentos, Planeta, 1994)<br />Santo Roto (cuentos, LOM, 1999)<br /><br /><strong>Tamayo, Luis Alberto</strong> (1960)<br />La Goleta Virgina (novela juvenil, EDB, 1998)<br />Ya es hora (cuentos, Sinfronteras, 1986)<br />Pequeña historia de la señorita X (novela, Fundación Chilena de Adopción, 2002)<br />Caballo loco, campeón del mundo (novela corta, EDB, 1998)<br /><br /><strong>Tapia, Digna</strong><br />Los muertos hablan como yo (novela, Cuarto Propio, 1992)<br />Las huellas de otros (cuentos, Ergo sumo, 1988)<br />Torrealba, Alfredo Emilio (1950)<br />Olor de fuego (cuentos, Eduardo Jarpa Editor. 1983)<br /><br /><strong>Tótoro, Dauno</strong><br />El buscador de ciudades (cuente, Cuarto Propio, 1995)<br />La sonrisa del Caimán (novela, LOM, 1999)<br /><br /><strong>Valdovinos Toro, Mario</strong> (1950)<br />Para qué estamos con cuentos (Cuentos, Autoedición. 1988)<br />Guía de habitantes extraviados (cuentos, Autoedición. 1989)<br />Honor y Gloria a Bartolo (novela, Lámpara mágica, 2002)<br />Breviario de fantasmas (novela, Ril, 2005)<br /><br /><strong>Valenzuela, Esteban</strong> (1964)<br />Pichilemu Blue (novela, Los Andes, 1993)<br />Matilde espera carta de Alemania (novela, Los Andes, 1994)<br /><br /><strong>Vera López, Freddy </strong>(1952)<br />Relatos de un desaparecido de la Unión (novela, 1995)<br /><br /><strong>Verdugo Fuentes, Waldemar</strong> (1952)<br />Libro de los Oficios (cuentos, Vogue, Ed. Lasser Press, 1994)<br /><br /><strong>Vergara, Francisco</strong> (1958)<br />Agente encubierto (novela policial, Mosquito, 1997)<br /><br />Fuente:<br /><strong>Escritores de la guerra</strong>. Vigencia de una generación de escritores chilenos.Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-2917021719693785992007-05-12T08:06:00.000-07:002008-12-10T03:05:28.985-08:00El libro de la Almohada de Sei Shônagon y la traducción de Sato<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmuxKtox8ueIHKaueVrqQvRwqtyVx1ZZ6JJwRYrBILFslFqNJwNbe8ceji58H06ktSx8fzjSylsYTRF6jas5HczgiQhTMm8DiBmSEgAznie2YHl-S_4LZSFIGoLjJ1cTn9hAbwlA/s1600-h/almohada+peli.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5063692758314355026" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjmuxKtox8ueIHKaueVrqQvRwqtyVx1ZZ6JJwRYrBILFslFqNJwNbe8ceji58H06ktSx8fzjSylsYTRF6jas5HczgiQhTMm8DiBmSEgAznie2YHl-S_4LZSFIGoLjJ1cTn9hAbwlA/s320/almohada%252Bpeli.jpg" border="0" /></a><br /><div align="justify">Al fin lo compré. </div><br /><div align="justify">Un libro de excepción.</div><br /><div align="justify">Es una literatura fragmentada, muy moderna, muy libre, como si fuera un blog. Efectivamente, como si fuera una muy actual y estética bitácora femenina de excelencia, en un estilo fugaz y muy poético y el uso de la ironía fresca, autosuficiente y libre. Un libro que, según me entero por el diario El Clarín, lleva vendido en Argentina 10 mil ejemplares.</div><br /><div align="justify">Sostiene la traductora Amalia Sato (1954) en el prólogo, que el periodo Heian (794-1185) es la época clásica de la tardía literatura japonesa y las mujeres son las verdaderas protagonistas.</div><br /><div align="justify">“El resultado lo constituyen dos extraordinarias obras en prosa: la primer novela japonesa Genji Monogatari (Romance de Genji), cuya autora es Murasaki Shikibu, y Makura no Soshi (El libro de la almohada) de Sei Shônagon. Ambas escritoras son las figuras más destacadas de un gineceo literario que no habría de repetirse.”</div><br /><div align="justify">Sei Shônagon era una cortesana perteneciente a un estamento de damas, de servidoras de la emperatriz Sadako (976-1001) intelectualmente autovalentes. Sostiene Sato que Sei Shônagon murió anciana y en la pobreza.</div><br /><div align="justify">Lean:</div><br /><div align="justify"><strong>Cosas sin mérito:</strong></div><br /><div align="justify">Una persona fea de mal carácter</div><br /><div align="justify"><strong>Cosas encantadoras:</strong></div><br /><div align="justify">El rostro de un niño dibujado en un melón.</div><br /><div align="justify">Huevos de pato. También sus nidos.</div><br /><div align="justify">La flor de clavel silvestre.</div><br /><div align="justify"><strong>Cosas presuntuosas:</strong></div><br /><div align="justify">Un niño sin nada especial y que es consentido por la gente.</div><br /><div align="justify">Toser</div><br /><div align="justify"><strong>Cosas embarazosas:</strong></div><br /><div align="justify">El hombre que amamos está borracho y se pasa repitiendo las mismas cosas. </div><br /><div align="justify"></div><br /><div align="justify">La edición de la editorial Adriana Hidalgo que yo he comprado en 15 mil pesos, (28 dólares, un escándalo en un país cuyos índices de lectura son desastrosos) sostiene ser la primera edición completa del libro. Hay una versión anterior con la traducción de Borges y Madame K.</div><br /><div align="justify"></div><br /><div align="justify">Comparar traducciones. Vean ustedes mismos.</div><br /><div align="justify">Así empieza el libro en la <strong>versión de Amalia Sato:</strong></div><br /><div align="justify">En primavera, el amanecer. Cuando al insinuarse la luz sobre las colinas, los contornos se tiñen de un pálido rojo y purpúreos jirones de nubes flotan sobre las cimas.</div><br /><div align="justify">En verano, las noches. No sólo las de luna brillante sino también las oscuras, cuando las luciérnagas revolotean, y aun las de lluvia, tan bellas.</div><br /><div align="justify">En otoño, el atardecer. Cuando el sol resplandeciente se hunde cerca de la ladera de las colinas y los cuervos el cielo en grupos de tres o cuatro o de a dos, de vuelta a sus nidos; o las garzas en bandada se dispersan en el cielo distante. Cuando se oculta el sol, el corazón se conmueve con el sonido del viento y el zumbido de los insectos.En invierno, las mañanas. Por cierto bellas cuando ha caído nieve durante la noche, pero espléndidas también cuando el suelo está blanco por la escarcha ; y, cuando no hay nieve ni escarcha y sólo hace mucho frío y las criadas corren de una habitación a otra atizando el fuego y cargando carbón, ¡qué bien se corresponde la escena con la índole de la estación! Pero al mediodía nadie se molesta por mantener los braseros encendidos y pronto sólo hay pilas de ceniza blanca.</div><br /><div align="justify">Esta es la <strong>versión de Borges & Kodama</strong> publicada por Alianza Editorial:</div><br /><div align="justify">En la primavera es el alba. Cuando la luz se desliza sobre las cumbres, sus perfiles se tiñen de rosado y hebras de neblina de púrpura se extienden sobre ellos.En el estío, lo más bello son las noches, no sólo cuando hay luna sino también en la oscuridad, cuando las luciérnagas vuelan de un lado a otro y hasta cuando llueve, ¡qué hermoso es todo!En el otoño, lo más bello son las tardes, cuando el sol resplandeciente se hunde cerca del filo de las cumbres y los grajos vuelven volando a sus nidos en bandadas de tres, de cuatro y de dos. Aún más encantadora es una línea de gansos salvajes como manchas en el cielo lejano. Cuando el sol se ha puesto, el corazón se conmueve con el rumor del viento y con el zumbido de los insectos.En el invierno, lo más bello es la alborada. Es muy bello, por cierto, cuando durante la noche ha nevado; pero es espléndido también cuando la tierra está blanca de escarcha. También es bello cuando no hay nieve o escarcha pero sólo hace mucho frío y los servidores se apresuran de habitación en habitación, atizando el fuego y trayendo carbón. ¡Cómo armoniza todo esto con la estación del año! Cuando se acerca el mediodía y el frío se ha cansado, nadie se toma el trabajo de mantener encendidos los braseros, y sólo quedan unos montones de ceniza blanca.</div><br /><div align="justify"></div><br /><div align="justify">La foto es de la peli The pillow book de Peter Greenaway basada en el libro</div>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-28254131298233785502007-02-22T06:40:00.000-08:002008-12-10T03:05:29.175-08:00Disciplina del chateau: Dominique Aury<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrRt3LfTDDqiPU3Qe2RT88nC6A0RhqOrSjTaF7TInmM6IAC-k7h8v_auuvCsSL8PdLMCbMoDcCDAQ-Z9oVWx2PfG2oNtN47fqrLG8i0bRi_ZliNpw49cy0cmAZtwYVIdlKfv0TBw/s1600-h/06CREPAX_WEB.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5034368702294333074" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhrRt3LfTDDqiPU3Qe2RT88nC6A0RhqOrSjTaF7TInmM6IAC-k7h8v_auuvCsSL8PdLMCbMoDcCDAQ-Z9oVWx2PfG2oNtN47fqrLG8i0bRi_ZliNpw49cy0cmAZtwYVIdlKfv0TBw/s320/06CREPAX_WEB.jpg" border="0" /></a><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span><a href="http://ona-jv.iespana.es/historiadeO.htm"><span style="font-size:85%;">Dominique Aury</span></a><span style="font-size:85%;"> (1907-1998) era una tímida. Por eso en 1954 publicó su novela </span><a href="http://ona-jv.iespana.es/historiadeO.htm"><span style="font-size:85%;">La Historia de O</span></a><span style="font-size:85%;"> con el seudonimo de Pauline Reage. La esclavitud sexual y cadenas, máscaras y látigos en refinada prosa. Aury a los 86 años reconoció que las fantasías de castillos, máscaras, látigos y cadenas eran de ella. De la obras de literatura calenturienta esta es alucinatoria. </span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">“O” es intimada por su amante en el auto estacionado a sacarse la ropita. </span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Quítate el liguero y el slip.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">“O” es introducida a una sociedad secreta donde usa un vestido con corset que le expone sus senos.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Hoy todo el mundo se pone fierritos en las orejas, labios, ombligos y genitales y los dark se tatuan a hierro candente. Pero O ya se había anillado la vulva, y se había quemado el nombre de su amante en 1954.</span></div><br /><div align="justify"><a href="http://lambiek.net/artists/c/crepax.htm"><span style="font-size:85%;">Guido Crepax</span></a><span style="font-size:85%;"> tiene una inolvidable versión en comic de l'Histoire d'O , cuya primera edicion es el regalo que espero.</span></div>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-17887590340825721232007-02-22T06:35:00.000-08:002008-12-10T03:05:29.313-08:00Yo Necesito Amar: Klaus Kinski<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikxVH4xoaLosA-4BBdtCXjVTunXWF89nf2sGsVh9-uxBqdZYBnrheBd5yBobb9tStefM1_T2IuQnSObOZ2fzldhn-jtVdavlp6MHZpQs_FmvOpzppPx4k-3CW0ZF-YfnFqEayF9g/s1600-h/kinski.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5034367727336756866" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikxVH4xoaLosA-4BBdtCXjVTunXWF89nf2sGsVh9-uxBqdZYBnrheBd5yBobb9tStefM1_T2IuQnSObOZ2fzldhn-jtVdavlp6MHZpQs_FmvOpzppPx4k-3CW0ZF-YfnFqEayF9g/s320/kinski.jpg" border="0" /></a><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Vuelvo a recomendarles amablemente un libro lujurioso e intenso de verdad, Yo Necesito Amar, las memorias de un actor descarado, íntimo, exasperado, sexual, sórdido, provocador, insano y visceral, llamado Klaus Kinski (1926-1991).</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Este legendario artista alemán no justificaba sus actuaciones en deslucidas obras de pacotilla. Al contrario, se autocalificaba de puto, por los incontables estereotipos en los que actuó por la vil plata. Odiaba a los grises de la industria del cine y demostró que era un actor pensante en algunas enormes películas, como las dirigidas por Werner Herzog, (Aguirre, la cólera del dios; Nosferatu, Fitzcarraldo, Woyzeck y Cobra Verde) en una confrontacional relación actor-director de amor-odio. "sucio bastardo, que no sabe nada de cine, todo lo rodé yo, no tiene nada de cultura, es un analfabeto", escribe Kinski de Herzog.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Kinski fue el padre cariñoso de una turbadora actriz de boca voluptuosa y ojos graves: Nastassja Kinski, mi alemana favorita.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Klaus Kinski era un volátil, de ego mayor, siempre desraizado que, según afirma, rechazó trabajar con Visconti, Pasolini, Russell, Eisenstein y Kurosawa, por problemas de dinero.Kinski se acostó con cientos de mujeres en lugares soñados: aviones, camarines y parques. En realidad, su autobiografía –con un estilo tenso- es una odisea con actrices, peluqueras, putas y sirvientas de faldas arremangadas, calzones empapados, coños y anos curiosos, incluyendo a la mujer del escritor Alberto Moravia y a la hija del dictador Idi Amin. El libro es un clásico de los devotos del underground, pues pocas biografías de actores célebres es tan primitiva, sexual y confesional como el libro de Kinski.Para Kinski, según sus memorias, la actuación fue un accidente, un modo de salir de la pobreza en la que vivió sus primeros años en Berlín. </span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"><br />Ven ustedes, el show business es otro modo de sobrevivir. “¿Que por qué soy una puta?” pregunta Kinski y responde: “¡Yo necesito amor! ¡Amor! ¡Continuamente!”</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Un libro, creánme, sinceramente notable e iluminador.</span> </div>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-29586250130784706802007-02-22T06:28:00.000-08:002008-12-10T03:05:29.498-08:00Marilyn Monroe y la corrección política de Truman Capote<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjekaq25iWl2qIoRHnoTcqVPt58gu4PzjRp3CVQVD7i530MVMoCIN67VixxBB_aEcfnT_gS5eAZL7p6FPJ938kc0OW8WGjk1J11_jPKopQ5UGKt6sGb9149bsdqXLeH1Qg0jtdwcw/s1600-h/marilyn241.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5034366456026437234" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; CURSOR: hand; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjekaq25iWl2qIoRHnoTcqVPt58gu4PzjRp3CVQVD7i530MVMoCIN67VixxBB_aEcfnT_gS5eAZL7p6FPJ938kc0OW8WGjk1J11_jPKopQ5UGKt6sGb9149bsdqXLeH1Qg0jtdwcw/s320/marilyn241.jpg" border="0" /></a> <div align="justify"><span style="font-size:85%;">“¡Te conté esa vez que Errol Flynn sacó el aparato y tocó el piano con él. Bueno, fue hace cien años. Yo recién empezaba y fui a una fiesta tonta. Estaba Errol Flynn, muy contento consigo mismo. Aporreó las teclas. Tocó Eres mi rayo de sol ¡Cristo!”</span></div><br /><span style="font-size:85%;">Ese tipo de chismes sobre el actor bebedor y mujeriego de Errol Flynn, (“Me gusta el whisky viejo y las mujeres jóvenes”) le contaba la emperadora de la sensualidad, la afrodita, diosa del amor y la belleza, Marilyn Monroe, a Truman Capote.</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">Según Capote.</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">Según Truman Capote, pues todo eso lo escribió Capote muchos años después, muchos años después del 5 de agosto de 1962, el día que Marilyn estuviera bien muerta en su tumba del lado norte del Westwood Village Memorial Park Cemetery de Los Angeles.</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">(Lo de su tumba es un decir. Todos sabemos que ella pervive en un nicho, en el nicho helado en que un hombre, Joe DiMaggio, la puso. El nicho 33 que, según dice la publicidad, es la más visitada </span><a href="http://www.hollywoodusa.co.uk/WestwoodObituaries/marilynsgrave.htm"><span style="font-size:85%;">del cementerio</span></a><span style="font-size:85%;">. En el funeral el ministro leyó el salmo ¡Te alabo porque soy una creación admirable!)</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">Yo había leído comentarios sobre este retrato de Marilyn Monroe y esa curiosidad me picaba. El texto está incluido en el libro de ensayos de Capote, publicado en 1980, Música para camaleones. Son 16 páginas de dialogo entre la Monroe y Capote mientras van al funeral de una amiga en común. El libro de bolsillo es publicado recién por Sudamericana, enero 2007, que lo hace la mitad más barato. Ahora el libro está a 4000 pesos chilenos (7 dólares), y con la rebaja de la librería del Fondo de cultura económica del paseo Bulnes, lo compré a 3600.</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">(Así, sí, libreros: un libro no debe costar más que una entrada al cine.¡Ven que se puede!)</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">Me he pasado un grato fin de semana estival leyendo el libro, y entre medio veo la película Capote, juego a la pelota con mi hija Antonia, ceno pescado frito y bebo vino arreglado con frutillas.</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">El libro tiene tres partes, la primera contiene seis piezas, la segunda es una nouvelle policial titulada Ataudes Tallados A Mano . En la tercera parte, Conversaciones Y Retratos, donde Capote escribió la semblanza de Marilyn Monroe. La conversación entre Monroe y Capote, es recreada de modo excepcional por Capote y es divertida y chismosa, y tiene una narrativa precisa:</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">Hablamos de cómo nos gustaba Nueva York y de cuánto aborrecíamos Los Ángeles. “Aunque nací ahí, no se me ocurre nada bueno que decir de Los Ángeles. Si cierro los ojos, y me imagino Los Ángeles , todo lo que veo es una gran várice”. Hablamos de actores y actuaciones. “Todos dicen que no sé actuar. Decían los mismo de Elizabeth Taylor. Y se equivocaron. Estuvo magnífica en Ambiciones que matan. A mí nunca me darán el papel apropiado, algo que realmente quiera hacer. No me ayuda el aspecto físico. Demasiado específico”; hablamos un poco de Elizabeth Taylor; quería saber si yo la conocía, y le dije que sí, y ella dijo bueno, cómo es, cómo es en realidad, y yo dije bueno, es algo parecida a ti, es muy franca y dice cualquier cosa, y Marilyn dijo vete a la mierda y me dijo bueno, si alguien me preguntara cómo era Marilyn Monroe en realidad, qué diría, y le dije que tenía que pensarlo.</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">Al final del relato, Truman Capote, que bien conocía el gusto de las masas por la corrección política, (esas chusmas que viven del pelambre jet setero, el llamado mercadeo de masas,) termina el texto dejando bien puesta a la Monroe.</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">MARILYN: Recuerda, te dije que si alguna vez te preguntaran cómo era yo. Cómo era, en realidad Marilyn Monroe, ¿cómo contestarías esa pregunta? (Su tono era juguetón, burlón, sin embargo sincero al mismo tiempo: quería una respuesta honesta). Apuesto que dirías que era una palurda.</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">TRUMAN CAPOTE: Por supuesto, pero también les diría...(Ya se iba la luz. Ella parecía desvanecerse con la claridad, mezclarse con el cielo y las nubes, retroceder y ocultarse detrás. Yo quería alzar la voz por encima de los gritos de las gaviotas y preguntarle: “Marilyn, Marilyn, ¿por qué todo tuvo que salir así? ¿por qué es una mierda esta vida?”)</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">TRUMAN CAPOTE: Yo diría...</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">MARILYN No te oigo.</span><br /><br /><span style="font-size:85%;">TRUMAN CAPOTE:: Diría que eres una hermosa niña.</span> </div>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-72399240858410597662006-11-19T11:24:00.000-08:002006-11-19T11:28:22.184-08:00Informe Tapia de Marcelo Mellado<div align="justify"><a href="http://photos1.blogger.com/x/blogger2/4938/2844/1600/722793/informe%20tapia.jpg"><img style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="http://photos1.blogger.com/x/blogger2/4938/2844/320/336266/informe%2520tapia.jpg" border="0" /></a> <span style="font-size:85%;">El libro <em>Informe Tapia</em> editado por Calabaza del Diablo se presentó en diciembre del 2004 en uno de esos gratos bolichines del barrio Bellavista, cuyo nombre recordar no puedo. No había mucha gente. Familiares y amigos del escritor.<br /><strong>Patricio Fernández</strong> presenta el libro coloquialmente y es efectivo. Con su corta exposición logra que el libro me llame la atención. También me llama la curiosidad el despliegue de su autor, Marcelo Mellado. Habla con afecto de un bolchevique que se reconvirtió al arte y, desde un club de rayuela de San Antonio, recicla un sindicato de ferroviarios en un centro cultural. Ha nacido un "gestor cultural".En el escenario se mueven ex - bolcheviques que descubren, aprovechan y canalizan recursos culturales comunales o estatales. Pronto se dan cuenta que esos aparatos comunales de la cultura son aparatos de dominación, según la jerga de una izquierda (de una izquierda que leyó a la señora Marta Harnecker, pupila del estructuralismo francés, tipo Althussser).</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Omar Badilla o Padilla o Ladilla (no está claro) ofrece una cartografía cultural y se replantea la reconversión cultural, y funda la Asociación de Poetas de la Cuenca del Maipo y esa corporación sostiene un alucinado jaleo con los Poetas de la cuenca del Maule. El mejor aliado de Badilla (o Padilla o Ladilla) es Carrasco, coordinador del festival de rancheras de San Antonio, dirigente de un importante club de rayuela de San Antonio, y cuyo lugar preferido de encuentro es el bebedero Los Puchos Lacios.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Estos, a falta de mejores adversarios, establecen un forcejeo con el Aparato Oficial-Institucional, ubicado en una oficina de la Torre Omnioceánica, que coordinada con el aparato central de la gobernación y el Departamento de cultura municipal, manejado por un tal Vega, Vera, Varas o Vargas (tampoco está claro).</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">La malla estructuralista está siempre presente en esta novela, novela paródica, ya se habrán dado cuenta. El libro se puede leer como una delirante paranoia colectiva, como ajuste de cuentas con los aparatos de la cultura creados por la Concertación, que en la novela se los inculpa de servidores del amiguismo o como una forma de controlar o de amansar el pensamiento, uno delos males que corrompe la calidad y la crítica. La novela identifica a una nueva clase media en el poder (“operadores del partido” reciclados en "agentes culturales del Estado" o "gestores culturales", o "animadores culturales"). </span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Por un lado. </span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Y por el otro, dirigentes sociales huérfanos de base social y que se metamorfosean en "actores culturales" y cuyos requisitos son la astucia y el codazo - a saber: la falta de méritos. Ambos se potencian, por arriba y por abajo. Todo se municipaliza con una mentalidad utilitarista que reduce el arte al papel de ornamento alcaldicio.Ya ven, la novela no deja de tener su trasfondo corrosivo.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Los artículos del hermano de Marcelo Mellado, Justo Pastor Mellado, pareciera que dicen en serio, y con una densidad algo malgastada, lo que su hermano, el escritor, dice en forma de carnaval y de chiste (y de hueveo, claro). Justo Pastor habla en sus artículos de la municipalización y la fondartinzación de la cultura, y critica al "nuevo gestor orgánico" de la Concertación por el mal gusto y la mentalidad utilitaria. Haber leído a Justo Pastor -aunque a medias- me aclara un cierto malditismo intelectual de trasfondo en la novela de su hermano.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Quizás no debería yo leer la novela de Marcelo Mellado como una cuestión familiar, como una tesis familiar. O no debería yo insinuar que los artículos de Justo Pastor son la película en negativo de la novela de Marcelo. Quizás se me cuestionará esos intentos de unir hermanos con hermanos en una común aventura intelectual.<br />Quizás. Pero tengo una inicua tendencia -tendencia incómoda- a relacionar lecturas como me da la gana. Y con esto deseo decir que detrás de la novela Informe Tapia hay consistente reflexión crítica.Puedo decir algo más exagerado: Los Mellado son, en otra plataforma, continuadores de la tradición de los Cultural Studies, estudios multidisciplinarios sobre lo precarios, lo pueriles, lo banales y lo miserables que somos los chilenos de esta época, esta era de "globalización" económica.Y sus resultados: no tenemos lazos comunes de convivencia.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Como puede notarse, la novela también puede leerse como la repercusión de la crisis de la izquierda. También cuestiona la noción de "sociedad civil" como un aparente lugar de la diversidad y la diferencia. Es una crítica a los usos y abusos del concepto "sociedad civil", un terreno idealizado, donde pululan, según cuenta la novela, los pillines, los mentirosos, los cuenteros que piensan ya sólo el arte como beneficio y no como uso. O mejor dicho: el arte les da lo mismo.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Mellado, de nombre Marcelo, de ese modo, ha ido constituyendo una particular y necesaria novelística, donde se discute, a su modo también, la función política de la cultura, algo que hoy en este país resulta tan particular como difícil.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span> </div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Como no éramos muchos en la presentación de la novela, el editor de La Calabaza del Diablo, Marcelo Montecinos, colocó amablemente en la mesa de la barra unos tragos que bebimos con José María Memet. Según recuerdo, salimos luego un tanto, un cachito alumbrados del bar, cuyo nombre, miren lo que son las cosas, recordar hoy no puedo.<br /></div></span>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-86251438409568944392006-11-03T11:46:00.000-08:002006-11-03T11:52:59.033-08:00Hernán Rivera Letelier, Antonio Gil, Rodrigo Atria, Jorge Marchant L, Juanita Gallardo: Novelas históricas<a href="http://photos1.blogger.com/blogger2/4938/2844/1600/juanita.jpg"><img style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="http://photos1.blogger.com/blogger2/4938/2844/320/juanita.jpg" border="0" /></a><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">En <em>Santa María de las flores negras</em>, (2002) Hernán Rivera Letelier muestra a unos mineros que marchan por el desierto atacameño, siguiendo la huella del tren, junto a sus familias. Quieren lograr que sus voces sean escuchadas, que se les de un trato digno, ojalá humano, que se les permita alimentar a sus familias y educar a sus hijos, que se les pague un sueldo justo y en moneda de valor comercial. Pero, como ha ocurrido muy comúnmente, el gobierno valora más a los dueños de las empresas salitreras, ingleses y norteamericanos, que a los pampinos. Ya lo sabemos, fueron exterminados.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">El Norte chileno se inventó con la explotación del salitre. Antes no lo habitaba nadie (estoy exagerando: lo habitaban unas 2000 almas sueltas). Todo nortino tiene un abuelo, (sus raíces), en las salitreras. Así las cosas, es fácil, para un nortino, emocionarse, con las historias de su origen. Hable de calicheras, casas de calaminas y oficinas salitreras y verá usted que, con razón, se les ablanda el corazón. Eso es lo que hace Rivera Letelier. Se sostiene en la popular leyenda. De los mineros en procesión bajando desde las salitreras hasta la Escuela Santa María, menciona a un mítico Luis Emilio Recabarren, y amores románticos. Entonces, les aseguro que ese relato simple, es muy eficaz para un nortino. Es la leyenda-mito acrítica, idealizada y sin distancia, actuada por estereotipos.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">En cambio, la novela de Juanita Gallardo, <em>Herencia de fuego</em>, en lugar de afirmarse en un mito, lo desmitifica. Este es la leyenda de la Quintrala (1604-1665). Benjamín Vicuña Mackenna publicó, en 1877, su ensayo Los Lisperguer y la Quintrala. y construye el mito de la Quintrala lasciva y voluptuosa, sacrílega y monstruosa mata hombres. Mercedes Valdivieso (1924-1993) ofreció la reinterpretación del mito en la novela Maldita yo entre todas las mujeres, escrita en castellano antiguo. Ahora Juanita Gallardo, desde la vida de Agueda Flores, la abuela de la Quintrala, discute el mito, con efectismo dramático. Es una novela documentada y crítica. Fuerte, culta, lúcida, sexual, pasional, inteligente, calculadora, poderosa y brillante, visionaria y dominante, así aparece ahora Águeda Flores, la abuela de la Quintrala. Ese es el linaje de la Quintrala, según Gallardo. Gallardo, nos hace creer, de modo encantador, que nuestras taras actuales (nuestra hipocresía, nuestro espíritu traicionero, Nuestra falta de identidad, el modo en cómo encubrimos nuestro pasado) están incorporado en nuestro ADN chilensis. Es decir, están en la Colonia, en Santiago del Nuevo extremo, guiños que aumentan el placer de la lectura.Gallardo había publicado dos novelas históricas, Balmaceda : sus últimos días, (1991) y Déjame que te cuente, (1997) novela sobre los amores de Bernardo O'Higgins con Rosario Puga.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Jorge Marchant Lazcano inició la generación del 87 con la publicación de la interesante y taquillera novela <em>Beatriz Ovalle</em> en la que incorpora –como un collage- elementos Pop, al estilo de Cabrera Infante o Puig, con humor e ironía. Ahora ha publicado <em>La joven de blanco</em>. Marchant tampoco mantiene un mito, pero tampoco lo desmitifica. Lo que hace es jugar con un mito.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">En 1866, el pintor norteamericano James Whistler de 32 años deja Londres para viajar de incógnito al puerto de Valparaíso. En un tren conoce a Rosa Policarpo, una joven que le trueca el libro <em>Las Hijas de María</em> por un daguerrotipo. Ahí comienza una novela dentro de una novela. El 8 de diciembre de 1863, día de la Inmaculada Concepción, se incendió en Santiago la Iglesia de la Compañía. Dos mil personas murieron. El libro nos incorporará a unas insidiosas relaciones entre hermanas y criadas donde aparecerán las acusaciones y las deslices de las bienaventuradas santiaguinas. Es la novela del erotismo de las benditas, la vida interna de las beatas, en la que se mezcla la ficción con la realidad. Esto es, qué duda cabe, muy posmo.<br />Rodrigo Atria tiene un lindo título para una novela histórica, <em>Coplas de Sangre</em> (1998) tres mil mapuches pelones amenazan con atacar a la capital (en realidad, 300 viviendas de barro y paja, con cinco mil almas, entre los dos brazos del río, junto a un cerro que los indios llaman Welén, por dolor). El año 1969 llegó un Capitán español con 400 hombres y dio la orden de confiar, a los desconfiados santiaguinos. Un día matan a un español y el Alcalde –para provocar escarmiento entre los indios- detiene a dos indios y los hace confesar. El curo se opone verbalmente a la vendetta y el escribano Dámaso Alcanáz llega a su casa y escribe unas coplas relatando el hecho. Esas coplas lo inculparán. Un día una banda lo golpea en la noche. Allí, el escribano verá la mordaza y el grillete. La política y la comunicación son los dos temas que se cruzan en esta novela lineal y sin mayores sobresaltos, al estilo de la novela decimonónica, tal como se usa.</span></div><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Antonio Gil ha publicado las novelas históricas <em>Hijo de mí</em> es un racconto especial y espacial de la vida de Almagro) Cosa mentale (una obra alrededor del pintor peruano Jose Gil de Castro, el Mulato Gil y ahora Gil nos sorprende con Mezquina memoria que trata sobre Alonso de Ercilla, autor de La Araucana, poeta y paje de Felipe 11, enviado a la guerra de Arauco con la misión de contársela a la corte.Antonio Gil escribe pensando en crear lenguaje nuevo, para ultra descifradores que se divierten al descubrir nuevas/viejas palabras cerca al barroco americano de Juana Inés de la Cruz o de Lezama Lima, el desplazamiento entre el monólogo y la descripción, la fragmentación narrativa en varias voces, la ruptura de la ilusión realista . Y la sensación, la temible y certera sensación en esta época de olvido, que nuestra vida está construída por esos antecedentes, un Chile anterior, un espacio cultural religioso y mágico que está subterráneo. Un Chile duro y austero, un Chile profundo, una identidad descubierta en rincones oscuros de nuestra historia y una costumbre sana descubrir que el tiempo no es lineal. No tengo ninguna duda, Antonio Gil es un fino escritor chileno. </span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"><br />(Publicado en el libro Escritores de la Guerra, Foro Nórdico, 2004)</span></div>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-1161449176231148112006-10-21T09:43:00.000-07:002006-10-21T20:57:31.356-07:00Germán Marín: Neocriollismo encriptadoLa primera novela de la trilogía de Germán Marín (n. 1934), Círculo Vicioso (1994), consta, en los hechos, de tres partes o segmentos: un diario de vida, unas notas a pie de página y la novela en sí.</span><br /><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"><br />LA BITACORA EMPIEZA el día 7 de febrero de 1980 hasta el día 5 de agosto de 1983. Son notas de un solitario chileno exiliado en Barcelona, un ermitaño compatriota, malas pulgas, sin humor, pagado de sí mismo, editor que intercala notas en la novela sobre su exigua y rutinaria vida y sus disgregaciones literarias.Ejemplos:"1980, 7 de febreroLa canción nazi Schön ist das Leben, cuyo título, traducido, significa Hermosa es la vida""17 de junioAcabo de terminar de leer, bajo los primeros calores del verano mediterráneo, una novela chilena publicada tiempo atrás, tan falsa como los dientes postizos del locutor de televisión.""29 de junioLa única casa en el exilio es la mente"</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">LAS NOTAS A PIE DE PÁGINAS son colocadas al final de cada uno de los cinco capítulos en que sobre explica personajes, lugares o hechos de la novela. Son 46 páginas de notas, más del 10 % del libro. Un ejemplo es este comentario sobre el cometa Haley:"19) El famoso cometa hizo su reaparición en febrero de 1910 y, como se sabe, vuelve a divisarse cada setenta y seis años."</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">LA TERCERA PARTE ES LA NOVELA propiamente tal donde el narrador, Raúl Marín, le cuenta a su hijo Germán Marín sobre sus raíces mestizas de genoveses y temuquenses mientras inserta referencias literarias, fuentes, sugerencias o consultas.Ejemplos:"Fuente: Luis Duran, Frontera" o"Fuente: Augusto D´Halmar, Recuerdos olvidados" o" Consultar. Lutz Winckler, La función social del lenguaje fascista" o"Fuente: Adolphe Bavaria, De Boucher a Renoir".También le agrega al texto comentarios sobre caminos a seguir en la novela.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">¿QUÉ RESULTA DE ESTA MIXTURA?Es obvio que el libro ambiciona ganar por nock out, no por juego de piernas o de cinturas. El libro desea hacernos sentir el espesor intelectual. Pero, los pies de páginas -colocados al final de cada capítulo-, importunan la lectura, al igual que las interrupciones, los agregados, las adiciones informativas.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">ESTA PERCEPCIÓN NO ES NUEVA. Ni es sólo mía. Ya lo dijeron los críticos hace más de 10 años:"En todo caso, es necesario decirlo, a pesar de su temática y la ubicación espaciotemporal del relato principal (años veinte), no es un texto de fácil acceso;"Eduardo Guerrero, La Segunda 1995)O Filebo en las Ultimas Noticias en 1995: "Reconocemos haber hecho mil rodeos en torno al libro antes de encararnos con su materia, que, por de pronto, no es una sola"Difícil acceso y mil rodeos.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">¿DE QUÉ TRATA ESTA NOVELA ENCRIPTADA?</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Un padre, Raúl Marín le cuenta a su hijo, Germán Marín Sessa, sobre su vida familiar antes de que él naciera. La familia Marín vivía en un fundo de Carahue, y endeudados se lo venden al latifundista vecino, Alberto Etchegaray. Así mueren sus padres en unos hoteluchos. Es el fin de la familia Marín. Es el periplo que transcurre desde comienzo del siglo xx hasta 1934.Por otro lado, los Sessa llegan a Buenos Aires y luego se van a vivir a la comuna de Independencia del norte de Santiago, donde mantienen un almacén. Raúl Marín se casa con la hija de los italianos, Elvira Sessa. Así nace Germán Marín Sessa en 1934.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">¿QUIÉN ES ESTE RAÚL MARÍN, narrador en primera persona, con ambiciones de omnisciente?</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">Un mataindios, violador de su esposa, un tipo hosco y pesado de sangre, machista, prejuicioso y misógino. Un oblicuo y formal pueblerino tímido pero rígido, acomplejado pero con cierta ambición de grandeza, falto de humor y carente de risa franca.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">CÍRCULO VICIOSO tiene vallas, es descriptivo, de tono autobiográfico, con pocas anécdotas de excepción y, además, el narrador no genera empatía. Círculo vicioso parece un reflujo del criollismo, es un círculo que vuelve a la épica de la novela criollista, y su anhelo de convertir la "chilenidad", en un registro de identidad. Al igual que en el viejo criollismo, este neocriollismo subraya el mestizaje, la localidad sobre el origen, la posicionalidad socio-política sobre el linaje. Esta novela es un Proyecto País, como decían los siúticos en los años 90, un proyecto para perfilar una Identidad Nacional clasemediera. Es decir, la novela intenta ser un destino y la voz de una sociedad civil ausente. De ahí, quizás, su tono serio. (Aquí nada se toma para el hueveo). El narrador, Don Raúl Marín, ahogado por el ambiente, por su carácter mimético recuerda su familia con realismo duro, seco, asceta.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">ES CIERTO, MUY CIERTO, que en Chile se evita la memoria (también creo que en Argentina, en América Latina, en Europa, en fin, en el mundo). Pero, no ayuda a la memoria que un novelista la encripte.Es verdad que Marín con sus notas a pie de página, citas textuales, su alter ego/editor, la fragmentariedad y la mezcla de géneros ha logrado convencer a algunos de que eso le da profundidad a la novela. La novela tiene volumen, ambición, lucidez, cultura y atrevimiento. Pero eso lo han confundido con profundidad.</span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;"></span></div><div align="justify"><span style="font-size:85%;">YO NO RESCATO los agotadores pies de página y las cándidas invitaciones de lecturas. Yo rescato los pasajes mejor novelados. Por ejemplo, la tarde en que Raúl Marín remata gratuitamente a un mapuche, a quien primeramente le había pegado un escopetazo por inexcusable error. Valoro también el pasaje cuando más tarde, el mismo Raúl Marín se encuentra por casualidad con Victoria Olea -ex dama de compañía de su madre- y al llegar a su casa en Domeyko, cerca del Parque Cousiño, descubre que la amiga de su madre se ha convertido en la Madame de un notable burdel.Esos dos pasajes nos aclaran mejor la violencia gratuita y la hipocresía de nuestra "bonita" identidad, que todas las notas a pie de páginas y sugerencias de lecturas.</span></div></td></tr><tr unselectable="on" hb_tag="1"><td style="FONT-SIZE: 1pt" unselectable="on" height="1"><div id="hotbar_promo"></div></td></tr></tbody></table><blockquote></blockquote>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-1159207204338075152006-09-25T10:49:00.000-07:002006-10-21T20:57:31.303-07:00Ideología de la obra única y los narradores chilenosCánovas, Canales, Tropa, Pizarro & Santos y Sepúlveda<br /><br />“Es muy duro ser escritor en un país<br />donde no te consideran de los suyos.”Roberto Bolaño<br /><div align="justify"><br />El día que dejé de creer en Santa Claus, lo recuerdo ahora con nostalgia, sentí un aire fresco, una malicia y un don irónico ingresó a mi vida. Ya nada sería lo mismo. Los tiempos de dejar de creer son relativos y esplendorosos, unos caemos antes que los otros. </div><div align="justify"><br />Pongan atención.</div><div align="justify">El profesor Rodrigo Cánovas y sus colaboradores Carolina Pizarro, Danilo Santos y Magda Sepúlveda en <em>Novela Chilena, nuevas generaciones el abordaje de los huérfanos</em> (1997) analizaron detenidamente la generación de narradores del 87. </div><div align="justify"></div><div align="justify">Se sostenían, técnicamente, en otros dos prominentes profesores, José Promis y Cedomil Goic.</div><div align="justify">Del profesor Goic, Cánovas tomó la periodización generacional, hoy ampliamente aceptada. Goic distingue seis generaciones: la generación de 1927 (nacidos entre 1890 y 1904), la de 1942 (nacidos entre 1905 y 1919), la de 1957 (1920-1934), la generación del 72 (nacidos entre 1935 y 1949), la del 87 (nacidos entre 1950 y 1964) y la generación del 92 (nacidos entre 1965 y 1979). Cada generación tiene quince años de gestación, de los treinta a los cuarenta y cinco y quince años de vigencia, de los cuarenta y cinco a los sesenta.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Del profesor Promis, Canovas mira el proceso de ejecución de las generaciones. José Promis postula que cada generación contiene un orden estructural singular. Así, la generación del 57 corresponde a la novela del escepticismo, a la generación del 1972 corresponde la novela de la desacralización.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Canovas acepta la periodización de Goic y define a la generación del 87 como la nacida entre los años 1950 y 1964, pero, furtivamente, incluye a una hornada de autores de la generación del 72: José Leandro Urbina (1949), Damiela Eltit (1949), Ana María del Río (1948), Darío Oses (1949), Luis Sepúlveda (1949), Jaime Hales Dib. (1949), Eugenio Mímica (1949). Cánovas considera que estos autores tienen una producción cercana “al espíritu de la nueva generación”.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Estos autores tienen, efectivamente, una vasta obra y su impacto es reconocido. Justamente, los escritores nacidos en esos años son muchos y potentes. Habría que incluir además a escritores interesantes como Adolfo Pardo (1949), Jaime Casas (1949), Martín Faunes (1949), Javier Campos (1947) o Juan Pablo Uribe-Etxeverría (1949). En consecuencia, instalarlos, de muto propio, en la generación 87 desvirtúa el análisis.<br />No es un detalle.<br />Gran parte del argumento posterior del libro de Cánovas se sustenta en estos autores. Allí se produce el primer gran desfalco y desconcierto. Cánovas no está hablando nuclearmente de la generación del 87. Cánovas desplaza, a fin de cuentas, el objeto de su estudio.<br />Iba a darnos manzanas y nos dio peras. </div><div align="justify"><br />Matemáticamente, la generación del 87 debe rondar alrededor de los nacidos entre los años 55 y 58. Jamás alrededor de los nacidos en los años 48 o 49.En estricto sentido, si hablamos de escritores de la frontera, con propiedad esos escritores son los (la) muchachos (a) nacidos (a) en el año 1950: Jorge Marchant, Roberto Rivera, Radomiro Spotorno, Desiderio Arenas, Mario Banic, Eugenia Brito, Hernán Rivera Letelier y Sergio Marras.En cambio, Canovas no incorporó, entre otros, a novelistas como Michell Bonnefoy, y Alejandro Pérez, autores de exilio. </div><div align="justify"></div><div align="justify">Y, miren lo que son las cosas, tampoco consideró a Roberto Bolaño, también autor de exilio, aceptado casi unánimemente hoy como el príncipe de nuestra generación. Bolaño había ya publicado tres novelas, (publicó su primera novela en 1984, Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce, que realizó en colaboración de Antoni García Porta. Con esta novela obtuvo el Premio Ambito Literario; La pista de hielo (1993), ganadora del Premio de Narrativa Ciudad de Alcalá de Henares, y La senda de los elefantes (1993), ganadora del premio de novela corta Félix Urabayen y publicada luego con el título de Monsieur Pain).</div><div align="justify"></div><div align="justify">¿Raro, verdad?</div><div align="justify"></div><div align="justify">Cánovas excluyó a Roberto Bolaño, el verdadero eje de nuestra generación y, de ese modo, sin quererlo, se invalidó a sí mismo.Con estas desacertadas premisas, Cánovas identifica las características de la generación. La novela de la generación del 87 habla de la Orfandad, el delirio de un huérfano, afirma.Casi ya no vale discutir esta deducción. Ya lo dijo el escritor y profesor Ricardo Cuadros, toda la literatura universal puede leerse como literatura de los huérfanos.</div><div align="justify"></div><div align="justify">El discurso de Canovas pretendió – ya no lo logró– ser un macro-relato único, paradigmático y, por eso mismo, normativo y didáctico. Una historia literaria oficiosa o académica y por otro lado, no menos significativa, de la prensa y la difusión editorial. Era la unión perfecta. La academia y el mercado, por fin, de acuerdo.El profesor Cánovas sobrevaloró la vitrina comercial para así contentar a autores y editores y a los sujetos de la normalización. Lo suyo fue, es fácil decirlo ahora, un gran invento. Un gran invento ideológico.Su estética y su ética intentaron legitimar la novela que sonaba en el mercado, principalmente aquella que producían los escritores formados en el taller de José Donoso, estipulándola como eje central de la nueva narrativa. Lo demás eran escrituras marginales. Canovas intentó legitimar un conformismo, un pacto que probablemente –yo no creo en la ingenuidad- no sea independiente del conservadurismo del mundo cultural de mitad de los años 90. De este modo, su visión enmascara el supuesto “consenso” estético que afectaba al arte. Cánovas, hay que decirlo, fue alumno de Donoso en Estados Unidos.</div><div align="justify"></div><div align="justify">El estudio de José Canales y Emerson Tropa, <em>La novela de la generación de 1980. La escritura del antipoder </em>(1995) mantiene la periodización de Goic. Y, a partir de allí, realizan una verónica –con algo de elegancia- para afirmar que la generación de los ochenta son los nacidos en los años 50. Algo que no está del todo mal, teniendo en cuenta que los escritores nacidos después de los 60 son hoy una minoría (12 escritores, el 10 %). Aunque, al igual que Cánovas, incorporan a escritores de la generación del 72 (Oses, Eltit, Urbina) y también soslayan a Bolaño, a Bonnefoy y a Alejandro Pérez.</div><div align="justify"></div><div align="justify">La sociedad Canales & Tropa afirma que la generación de los ochenta, es literatura del antipoder, al incorporar fórmulas desacralizadoras de la novela como formas paraliterarias (característica que, por lo demás, Promis le otorgaba a la novela de la generación del 72).</div><div align="justify"></div><div align="justify">Esta conclusión, aunque de otro signo, también es ideológica, es decir, ilusoria.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Si no es una escritura de Orfandad ni del Antipoder,¿Cual es entonces el tema de la visión de la generación del 87?La sola pregunta me parece pérfida.</div><div align="justify"></div><div align="justify">No hay ninguna fórmula. No hay centros. No hay metanarrativas.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Hay libros muy diferentes en su complejidad. No creo que se deba racionalizar, encauzar, canalizar, o sea, domesticar la narrativa de nuestra generación. Simplemente los libros se miden por sus méritos propios.¿A qué cuento viene esto de estandarizar la fabricación literaria de una generación?Tenemos una literatura plural, con estilos, conocimientos e historias diferentes. No hay una versión de lo real. Hay de todo: El pastiche, la mezcla de estilos, tonos, géneros, niveles de lenguaje, lo lúdico y lo paródico, irónica, el humor, la incorporación de iconos de la cultura de masas junto a elementos de la llamada alta cultura, la presencia de lo metaficcional.</div><div align="justify"></div><div align="justify">Hay obras buenas y no tan buenas en mi generación.</div><div align="justify">Pero, ¿un discurso? ¿Una ley?</div><div align="justify">¿No estaremos ya asaz viejos para creer en Papá Noel?</div><div align="justify"><br /><a href="http://letras.s5.com/op140605.htm">Narradores chilenos nacidos entre 1950 y 1964 y sus cuentos y novelas-</a><br />Escritores de la Guerra, Foro Nórdico, 2004- </div>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-1153974919054323782006-07-26T21:32:00.000-07:002006-10-21T20:57:31.246-07:00Raúl Ruiz y la Poética del cine<table id="HB_Mail_Container" height="100%" cellspacing="0" cellpadding="0" width="100%" border="0" unselectable="on"><tbody><tr height="100%" unselectable="on" width="100%"><td id="HB_Focus_Element" valign="top" width="100%" background="" height="250" unselectable="off"><p>ESTABA UNA MAÑANA en la esquina de Providencia con Eliodoro Yañez de Santiago mirando las portadas de los diarios en el kiosco. De pronto al lado mío se detiene un señor de bigotes a leer las portadas.Yo lo apunto con el dedo.<br />-¿<a href="http://www.portaldearte.cl/autores/ruiz.htm">Raúl Ruiz</a>?<br />-Sí.<br />-Bienvenido a Chile, maestro.<br />-Gracias.</p><p>DEJARÉ LA ANÉCDOTA hasta aquí. Debo ir a comer. Más adelante contaré otro fugaz encuentro con el maestro, esta vez dentro del restaurante <a href="http://www.elparron.cl/">El Parrón</a>, de la misma calle Providencia.<br />He vuelto de la comida y me he traído el café.<br />Debo apurarme, me juntaré más rato con unos amigos. Hoy es viernes.<br />De tanto apurarme no se me ocurre nada. </p><p>YA ES SÁBADO por la tarde, me lo pasé durmiendo todo el día. Ayer la tertulia se alargó.<br />En El Parrón, en la sala de tragos, sillas y mesas de madera (ahora todo lo hacen de metal) estaba sentado Raúl Ruiz. Lo saludé de lejos. </p><p>-Grande, maestro. </p><p>El maestro sonrió y me levantó la mano. Su mano es grande, no de boxeador, más bien regordeta. Es curiosa esa mano que mueve los dedos como si tocara el piano en el aire. Sonreía, aunque parece que Raúl Ruiz siempre está sonriendo. Parece que sufre la Locura de Demócrito: todo le parece divertido. </p><p><br />USYEDES DIRÁN: mantén un orden, una estructura en tu anécdota.<br />¿Qué estructura?</p><p>¿Relatar con un orden? </p><p>¿El orden que Raúl Ruiz llama el Orden de Hoollywood en su libro <a href="http://www.memoriachilena.cl/mchilena01/temas/dest.asp?id=raulruizpoetica">La Poética del cine</a>? </p><p>Ruiz relata urdiendo ideas, entra a cajas chinas, en elucubraciones y vuelve para indicarnos que estuvo allá, al otro lado del espejo. No es cine comercial, cine de entretención: una sola estructura. la dictadura o el monopolio de una sola estructura.</p><p>Me senté y bebí una copa, tal vez dos.</p><p>Llegué a casa y no pude seguir con la anécdota. Pero pensé o tal vez alguien me lo dijo en la tertulia: ya no se habla de cine, como se hablaba antes.<br />Exagero, algunos sí, la minoría. La minoría que habla de poesía y no de premios de poesía. El arte tiene un componente de gratuidad. </p><p>YA ES DOMINGO y pienso, que utilidad tendrá mañana por mañana, frente a mi jefe, que utilidad tendrá haber leído un poema de <a href="http://www.uchile.cl/cultura/teillier/antologia/angelesygorriones/6.html">Jorge Teillier</A<> <p></p><br /></a></td></tr></tbody></table>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-1145118842619897952006-04-15T09:27:00.000-07:002006-10-21T20:57:31.187-07:00Teresa Calderón, Gonzalo Contreras y Sonia González: Se arrienda casa de familia fracturada<div align="justify">Nuevas novelas han puesto de moda el síndrome -en familias de profesionales, se entiende- de las crisis de parejas cuarentonas. Escritas por escritores cuarentones, también se entiende. Ya ven, están de moda los ajustes de cuentas en familias inbunchadas. </div><div align="justify">Toquen madera.</div><div align="justify">Teresa Calderón tiene un nombre reconocido dentro de la poesía chilena. Pero, de pronto, le picó el bicho de la narrativa. Publicó cuentos en Vida de Perras y ahora ha publicado una novela, <em>Amiga Mía</em>, con la que Teresa Calderón ganó el más importante de los premios nacionales, el Premio del Consejo Nacional de Arte y Cultura, año 2004.</div><div align="justify"> </div><div align="justify"><em>Amiga mía</em>, digámoslo de entrada, es un viaje interior al estilo de C. G. Jung.</div><div align="justify">Catalina e Isabel, dos cuarentonas santiaguinas, beben café en el Tavelli de Providencia. Catalina le hace leer a Isabel un cuento donde ella está metida en un sueño que es, a la vez, el sueño inicial de las películas capitales del sueco Bergman, <em>Fresas Salvajes</em>. El personaje contempla su propio cadáver. En la película, Borg, que así se llama el protagonista, decide emprender el viaje en coche con su nuera que se ha ido de casa de su hijo tras una discusión por su embarazo. Durante el viaje para en la casa donde pasaba sus vacaciones de niño, donde crecen fresas salvajes y tuvo su primer amor. Y mediante asociaciones libres de imágenes oníricas descubrirá que el triunfo, la culpa y la muerte son centrales en su vida.</div><div align="justify">Catalina recuerda brumosamente que debe hacerle caso a los sueños, “conoce al instante los graves escritos de Artemidor”, como dice el poema Idus de Marzo, de Constatino Cavafis, que Catalina también rememora. Así, las imágenes misteriosas del sueño de Catalina, dan origen, en la novela de Teresa Calderón, a un viaje interior de dos amigas, con vidas malgastadas y la juventud perdida. Las relaciones afectivas se convertirán en el centro de la novela, la creación de una imaginería y un tejido fantasioso que pasan a constituirse en realidades existenciales, premoniciones y profecías. En esa zona de evaporación se usa una técnica narrativa fragmentaria que conduce a una pantalla iridiscente, para descubrir el contenido latente del sueño.</div><div align="justify">La novela de Teresa Calderón, con ese aire brumoso y difuso, con reiteradas referencias literarias, transcurre entre amores viejos decepcionados, trágicos y románticos, la soledad y el abandono, la infidelidad y el alcoholismo. Son, en suma, memorias, sesiones psicoanalíticas, pedazos de diarios, esbozos y resonancias donde aparece el desgarro, la soledad y el anhelo de amor.</div><div align="justify">La novela Amiga mía, como la película Fresas Salvajes, es pesimista y triste. No puede ser de otro modo: es una historia de la desilusión.</div><div align="justify"> </div><div align="justify">Se molestó Gonzalo Contreras por las críticas a su libro <em>La Ley Natural</em> (2004). Por cierto, su molestia es con “ciertos críticos jóvenes con ambiciones literarias que pretenden descalificar a la generación anterior. El crítico Alvaro Bisama afirmó que Contreras, tiene “formas narrativas al borde de la inanición.” Alejandro Zambra escribió: “algunos percances en el manejo de los tiempos verbales y ciertos problemas en la construcción de la verosimilitud resultan enormemente distractivos y finalmente amagan los méritos del relato.”</div><div align="justify">Francisco Bertrán, el personaje, es un arquitecto cuarentón que va a recibir al aeropuerto a Bárbara, su sobrina de 15 años, media holandesa y media chilena, y que está embarazada. El padre de la chica, Pascal Bertrán, aparece luego de improviso en Santiago con una mujer, Muriel. Y la hija Bárbara no quiere irse con su padre, desea quedarse con su tío Francisco, que está en proceso de separación de su mujer, Diana. </div><div align="justify"> </div><div align="justify">Yo creo que el principal problema de la novela de Contreras no es la verosimilitud, ni su lenguaje opaco (algo que otros admiran en Contreras). Tampoco su notoria facilidad para urdir historias, lo que yo considero un real mérito.</div><div align="justify">El tema es otro.</div><div align="justify">El personaje Francisco Bertrán, es un arquitecto pagado de sí mismo, que ve con suma desconfianza el mundo exterior y a su entorno. Principalmente le hostiga su hermano Pascal, medio volado, medio hippie, medio vagabundo, y medio cínico–es decir, distinto, ambiguo y sin certezas. Y le hostiga pues Francisco Bertrán se cree central, no marginal. El cree que su forma de vida –mediocre, gris- es esencialmente canónica, políticamente correcta. En eso, el personaje, por más que le ocurran cosas, por más que la vida le grite evidencias, no cambia nunca. Si la realidad no se me parece, yo cambio la realidad.Es la Ley natural.Me saco de encima a mi hermanito tontorrón y caprichoso y ya está.Gonzalo Contreras ha dicho que su novela es la novela del cambio. Se supone que Francisco Bertrán entró al cambio. Sí, todo ha cambiado, pero Francisco sigue igual de presumido. Francisco, a pesar que todo cayó a su alrededor, sigue siendo el pedante antipático. “Ahora, acalladas las voces, todo volvía al orden, al desorden, acostumbrado” (Lampedusa) </div><div align="justify">Francisco ve cierta pureza o cierta salvación, en una niña excéntrica y abandonada de quince años, tema por lo demás ya planteado en <em>La Ciudad Anterior</em>, la primera novela de Contreras. En esa primera novela Feria –el protagonista- elucubra también la posibilidad de quedarse con una joven también en situación de abandono (hija de un desaparecido). </div><div align="justify">Hum. </div><div align="justify">¿Es el ordenador de vidas difusas? </div><div align="justify"> </div><div align="justify">Inicialmente, Amalia Espejo de Sagüez también es una siútica fastidiosa, una dama cuarentona que no me gustaría tener ni de amante, ni de mamá, ni de amiga. Inicialmente. Es la protagonista de la bien urdida novela, con una habilidad en los diálogos, <em>Imperfecta Desconocida</em> de Sonia González. Amalia está casada con el médico Marco Sagüez, tiene tres hijos: Raimundo, Salomé y el pequeño Cristóbal, un niño enfermo de Gatum, un síndrome físico y mental. Tiene una empleada, Margaret, muy central en la novela, una amiga que se llama Rosicler y su analista el señor Casas. Esta dama menopaúsica, dueña de casa y fundamentalmente ociosa, se dedica a escribir cartas a los periódicos, su apostolado. Amalia no sabe lo que es un juego de rol, ni que es la música metal, pero se sabe de memoria Rojo y negro de Stendahl. Sin embargo, vaya sorpresa, de joven se declaró revolucionaria, miren lo que es la vida, y estuvo alguna vez en al escalinata de la Biblioteca Nacional de Santiago, vociferando lemas.</div><div align="justify"> </div><div align="justify">¿Cuándo comienza a cambiar Amalia? Cuando tiene una relación amante-maternal con un hombre de 20, Leonardo Mariángel. Amalia le coloca el seudónimo de Julián Sorel, (el personaje de Rojo y Negro). Lo que viene es un ahá, miren, lo que es la vida. Cambia, de algún modo, cambia esta señora, muda de aires y empieza a establecer contacto con sus hijos. Todo se derrumba también en esta novela, pero, para mi gusto, no podía pasar de otra manera, pues nadie puede freírse eternamente en una paila. </div><div align="justify"> </div><div align="justify">Amalia, que ha descubierto el veneno que hay en el agua estancada, debería leer ahora el ensayo <em>Del Amor</em> de Stendahl. El viejo lo sabía todo: “El amor es la única pasión que se paga con la moneda que ella misma fabrica.</div><div align="justify"> </div><div align="justify"><span style="font-size:78%;">”De Escritores de la Guerra, Foro Nórdico de Aura latina, 2004.</span></div>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-1142956891689138572006-03-21T07:53:00.000-08:002006-10-21T20:57:31.121-07:00Los Jaivas, Los Prisioneros y Los Tres: biografías<a href="http://www.jaivas.scd.cl/"><span style="font-size:85%;">Los Jaivas</span></a><span style="font-size:85%;">, </span><a href="http://www.losprisioneros.cl/"><span style="font-size:85%;">Los Prisioneros </span></a><span style="font-size:85%;">y </span><a href="http://www.lostres.cl/"><span style="font-size:85%;">Los tres </span></a><span style="font-size:85%;">hicieron algo cotizado. </span><br /><span style="font-size:85%;">No oficiales, de cultura abierta y libre, íconos de ansias nativas estas bandas musicales han sido, con soltura y modernidad, un eco de sueños y luchas. Borroneo este post y oigo su música. Y rememoro -alentado por un leve, pero leve, acceso de pasión- evoco, por ejemplo, ese concierto indeleble de Los Jaivas en el Copenhague de mi exilio a comienzos de los años 80. O esa embriaguez, que ya no olvidaré, de una noche estrellada y de luna llena en una cabaña en El Quisco, con Jorge, Sylvia y Elly, mientras bailamos un casette de Los Tres. Siento un sutil placer al evocar esos instantes felices, soplos de alegría que la vida regala. Sin esa música la vida, ninguna de nuestras vidas, sería lo mismo.</span><br /><span style="font-size:85%;"></span><br /><span style="font-size:85%;">¿Cómo lo hicieron? ¿Dónde está el punto de quiebre que los eleva por sobre los muchos otros que lo intentan y fracasan? </span><br /><span style="font-size:85%;"></span><br /><span style="font-size:85%;">Son las preguntas que yo busco responder cuando leo sus biografías.</span><br /><span style="font-size:85%;"></span><br /><span style="font-size:85%;">Julio Osses (1970) recopila entrevistas en su libro Exijo ser un héroe. La historia (real) de Los Prisioneros (2002). Los nexos sirven de excusa a Osses para contar sus asados y entrevistas con los músicos. ¿Qué valor tiene que Julio Osses se haya comido un asado con Miguel Tapia en Pirque? El biógrafo escribe una story semi oficiosa sentado en las faldas de los músicos. Pero Osses no es más que un reportero. Copie and paste. Grabar y pegar entrevistas. 90 páginas de entrevistas, y otras tantas de los listados de discos y canciones de Los Prisioneros. El libro de Osses es material periodístico básico para una (real) biografía. Este libro no tiene forma, composición, ni construcción mitológica y no supera la otra biografía sobre Los Prisioneros, Corazones Rojos (1999) de Freddy Stock.</span><br /><span style="font-size:85%;"></span><br /><span style="font-size:85%;">El inicio del libro Los tres. La última canción (2002) de los argentinos Enrique Symns (1945) y Vera Land (1966) cuenta con parsimonia y aguja los primeros años de Los Tres en Concepción. Sin embargo, Vera & Symns, cuando van a abrir los Archivos X de Los Tres, (las relaciones de la banda con la droga o las relaciones de la banda con la cantante Javiera Parra) hacen un desliz. Este gazapo no me parece inocente. Vera & Symns prefieren no correr riesgos con piedras filudas. Pero para mí, un leedor, no basta, ni me espanta. Las entrevistas son material básico que el biógrafo debería contrastar. A un periodista le bastará con la entrevista. Pero no a un escritor de biografías. Al final, Vera & Symns no toman distancia. La introducción y el cierre del libro se podría llamar: Mis líos con Alvaro Henríquez. Pero ¿Qué me importa a mí que Henríquez haya mirado feo a Enrique Symns una vez en el bar Liguria?</span><br /><span style="font-size:85%;"></span><br /><span style="font-size:85%;">El libro de Freddy Stock Los caminos que se abren. La vida mágica de Los Jaivas (2002) es el más correcto de los tres libros. Es de relato lineal, cronológico, la historia de Los Jaivas desde 1957 hasta 1995, hiladas y articuladas en una línea de tiempo contadas en una cauta tercera persona. Basado en entrevistas a los músicos y acompañados por recortes y fotografías de diarios y revistas, aparece como un buen libro de promoción y de consulta sobre hechos de Los Jaivas. </span><br /><span style="font-size:85%;">Paradojalmente, es el libro que más me aburre y el que más me llama a desertar de la lectura. ¿Por qué? Las enciclopedias son correctas, los espíritus flemáticos son correctos. Pero uno no se entretiene toda la tarde con una enciclopedia, ni uno se va preferentemente de parranda con un espíritu flemático.</span><br /><span style="font-size:85%;"></span><br /><span style="font-size:85%;">¿En qué fallan estas biografías? </span><br /><span style="font-size:85%;">En la débil narrativa. </span><br /><span style="font-size:85%;">Todo puede ser un chiste, pero no todos son humoristas. Todo se puede contar, pero no todos son narradores. Y la gracia narrativa, para el leedor, es tan importante como la veracidad de los hechos. El biógrafo da unidad, referencia, define un personaje, contextualiza sus comportamientos en el presente, a partir de una historia íntima, única. Pesquisas meticulosas, reconstituciones de la memoria de gente -muchas veces anónimas- que de veras intimaron con los artistas: su médico personal, sus compinches, los cocineros y sirvientes de cantinas, los bebedores en las noches de parranda. O las huellas que deja el corazón, las cartas que nunca se ponen en el correo, las canciones a medio escribir, etc. Y luego el biógrafo analiza, concentra: la vida de un artista a veces pueden concentrarse en en tres tópicos: la publicidad, los cenáculos y la bohemia.</span><br /><span style="font-size:85%;"></span><br /><span style="font-size:85%;">¿Por qué los biógrafos no recrean de verdad la siquis compleja, sus matices y misterios, de Alvaro Henríquez o de Jorge González? ¿Cómo son sus íntimos y delicados sentimientos que los llevaron a su universo musical? ¿Qué hay de cierto de los ritos esotérico-iniciáticos de los Jaivas? ¿Por qué los biógrafos no trazan preguntas indiscretas con honestidad e integridad?</span><br /><span style="font-size:85%;"></span><br /><span style="font-size:85%;">Esto músicos son dotados. Pero, aún no sé por qué.</span>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-1141324997299644652006-03-02T10:40:00.000-08:002006-10-21T20:57:31.064-07:00El Juez Guzmán y las gallinas<a href="http://photos1.blogger.com/blogger/907/1169/1600/juez.jpg"><img style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="http://photos1.blogger.com/blogger/907/1169/320/juez.jpg" border="0" /></a> <span style="font-size:78%;">En la última Feria del libro de Santiago estaba el Juez Juan Guzmán Tapia (nacido en 1939 en la República de El Salvador), firmando su libro En el borde del mundo. Memorias del juez que procesó a Pinochet, que fui impulsado a comprar.El Juez Guzmán resume en los primeros capítulos del libro sus días juveniles, con un estilo poético y de ideas, no narrativo. No es raro. Es su ADN. Su padre (“mi sol”) es Juan Guzmán Cruchaga, poeta y Premio Nacional de Literatura (“Alma, no me digas nada, / que para tu voz dormida / ya está mi puerta cerrada”). Guzmán Cruchaga era diplomático y estuvo destinado en El Salvador, Colombia, California, Venezuela, Argentina. Así el Juez Guzmán creció cosmopolita.El Juez Guzmán tiene giros meritorios. Como cuando trabajó de receptor judicial y notificaba embargos a familias endeudadas. “Es una obscenidad embargar los bienes de gente que nada posee.” Era una obscenidad hace 35 y no hemos hecho nada. Aún hoy es una impudicia.Aunque al Juez Guzmán se le pasan algunos lugares comunes (“lengua de Moliére”, “lengua de Shakespeare”), la obra se lee fácil y de modo pedagógico.Uno de los temas preferido de un joven Guzmán es la frase de Mateo “Bienaventurados los pobres de espíritu por que de ellos es el renio de los cielos.” Son bienaventurados por que pueden vivir sin honores, sin vanidad y sin las cosas materiales, fuera de la suficiencia, la envidia y la codicia.Las memorias del Juez Guzmán son un efugio para relatar lo que le parece cardinal en su vida y con lo que meritoriamente entrará a la historia: el año 1998 se hizo cargo de examinar una querella presentada contra Pinochet. El centro del libro es el juicio al dictador chileno Augusto Pinochet.La labor fue una cruz en un sistema judicial que –como él mismo lo dice- estaba invadido de ambiciosazos, intrigantes, discriminatorios, gallinas, soberbios, gruñones y timoratos, todo lo contrario de los pobres de espíritu que el Juez Guzmán admiraba.Al final, fue censurado por esos superiores y presionado por oscuros intermediarios políticos. El juez Guzmán juzgó a Pinochet. Pero los fácticos lo salvaron de la condena, invocando informes médicos.Así, el juez Guzmán hizo su periplo y se convirtió él mismo en un subversivo y en un bienaventurado. No llegaría a la Corte Suprema y no tendría honores oficiales al retirarse del poder judicial. No lo necesitaba. Pasará a la historia como un hombre honesto y veraz. Un bienaventurado.Me crispa que el Juez Guzmán sea una excepción entre los jueces chilenos.Los magistrados –ellos sobre todos nosotros- deberían ser honestos y justos.Los jueces cobardes y acomodaticios –las gallinas- deberían ser la minoría.No fue así en Chile.El juez Guzmán fue una distinguida excepción.Un bienaventurado. </span>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-23302986.post-1141324792324896442006-03-02T10:37:00.000-08:002006-10-21T20:57:31.006-07:00Jorge González: Truenos y Relámpagos<a href="http://photos1.blogger.com/blogger/907/1169/1600/portada_maldito_sudaca.0.jpg"><img style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; CURSOR: hand" alt="" src="http://photos1.blogger.com/blogger/907/1169/320/portada_maldito_sudaca.0.jpg" border="0" /></a> <span style="font-size:78%;">Le leo un breve cuento a mi hija Antonia de 3 años, sobre una niña que escucha truenos y relámpagos. Mi hija abre los ojos se lleva su manito a la boca y emite un quejido:-Uy, truenos y relámpagos, dice.Y luego me pide que se lo lea de nuevo.Truenos y relámpagos escucho yo también en el libro Maldito Sudaca. Conversaciones con Jorge González. Compré el libro, me puse a leerlo y no pude dejarlo hasta que terminé las 300 páginas. El periodista </span><a href="http://www.emilianoaguayo.cl/"><span style="font-size:78%;">Emiliano Aguayo </span></a><span style="font-size:78%;">establece una larga conversación con el líder de Los Prisioneros y, al igual que mi hija, varias veces abrí los ojos y me llevé la mano a la boca.Este es un libro de excepción.El sentimiento artístico ideológico chileno es generalmente la “chimuchina” –una ideología de imberbes. Por eso, se inquietan fácilmente las aguas cuando hay detrás una expresión directa, algo cruda y deseos viscerales, que no pueden ser mitigados por la huevonería ambiente.González no es un rebelde tardío. Ya nadie puede desconocer que le puso vitalidad, dinamismo, conflicto, lucha, placer y búsqueda hasta renovar la tradición predominante de moderación, resignación, pena y derrota de la música popular chilena.Naturalmente, la gran pasión de Jorge González es la música. Y en el libro se habla de bandas musicales, influencias, formas de componer, modos de grabar o se revisan las letras de música. Es decir, es un libro que se mete en la artesanía musical, en los problemas de estudio y de mejorar las letras, de la convivencia con los otros músicos y la relación con los estudios de grabación. En ese sentido, el libro es una fuente rica de sugerencias y detalles que agradecerán, en primer lugar, los músicos. González intercambia ideas y opiniones muy directas y sugestivas sobre, entre otros, Violeta Parra, Víctor Jara, la Nueva canción chilena, Canto Nuevo, Los Tres, La Ley, Los Miserables, Chancho en Piedra, Los Electrodomésticos, Mauricio Redolés, De Kiruza, Los Bunker´s, Cecilia, y la música latinoamericana y mundial.Otro gran tema es la relación de González con los periodistas y los medios de comunicación. Aquí el músico aprovecha de realizar un ajuste de cuentas con ciertos periodistas de espectáculos de El Mercurio, la Tercera o La últimas Noticias, que lo habrían ninguneado de modo persistente. González ironiza con la carrera de “ese oportunista” de Freddy Stock que está en “la chimuchina de pelar artistas”, “lo mismo que hace Iván Valenzuela”. En la radio Rock&Pop dirigida por Iván Valenzuela “no pagaban derechos de autor”. O Rafael Gumucio. “Pero ¿Quién es Gumucio?”, se pregunta González y responde: “Un democratacristiano, y los democratacristianos son siempre así. O “los Caiga quien Caiga” son unos “monitos fachos útiles”. En definitiva, dice González: “hay una generación súper fome, donde está Iván Valenzuela, Alberto Fuguet, Freddy Stock y todos esos.” “Una generación que yo califico de democratacristiana y que es súper ablandadora en la influencia que tuvieron.”Como se puede deducir, ser democratacristiano es, en este contexto, lo blandengue, lo barrero, lo conveniente y lo oportunista.Un tercer ámbito del intenso libro es el tema preferido del periodismo de farándula: los cahuines. (¿Quién se acostó con quién?) Y la rendición de cuentas de González también pasa por “ese oportunista de Freddy Stock”, quien en el libro “Corazones Rojos” dejó inscrita una telenovela, una cómoda narración que cuenta que Los Prisioneros se habrían separado la primera vez por líos de faldas. González se habría acostado con la mujer de Narea. Según González, Stock puso en el libro “un montón de cosas de las que él no tenía la certeza, o no las comprobaba o qué sé yo.” Y uno de los claros objetivos de González es arrasar con la idea de que Narea era esencial en el grupo. Narea, González dixit, no puede arrogarse lo que es evidente: Los Prisioneros es esencialmente Jorge González.Bonus Track: El capítulo donde González habla de su paso por las drogas.Hay que agradecer la tenacidad y la preparación del periodista Emiliano Aguayo. Las referencias, las citas, las preguntas fundamentadas, el conocimiento de los temas, son la base del éxito del libro. Aguayo demostró que un periodista puede hacer las preguntas difíciles o complejas y salir vivo.Aquí hay reflexión e inteligencia de un camino de exploración, una demoledora crítica y autocrítica de una personalidad musical que varios periodistas desearán ignorar y trivializar. A esos acomodaticios no les conviene un vital y un polémico con poder interno, desarrollo emocional y espiritual y puesto al servicio de su vocación. Quisieran haberlo metido en cintura. Su peligro es un símbolo. A González muchos imberbes –esclavos de la chimuchina- lo tratan como una enfermedad que debe ser vigilada.Sin embargo, cualquier alma sensible que haya escuchado su música y que lea el libro, se dará cuenta que hacen falta más espíritus lúcidos, inteligentes y perspicaces, como González. Se extraña esa desmesura y esa pasión –esos truenos y relámpagos- en un medio artístico y de medios donde hay demasiados prolijos, aburridos y perdonavidas.<br />Ver también: </span><a href="http://omarperezsantiago.blogspot.com/2005/08/los-jaivas-los-prisioneros-y-los-tres.html"><span style="font-size:78%;">Los Jaivas, Los Prisioneros y Los Tres: Biografías</span></a><span style="font-size:78%;"><br />Ver también </span><a href="http://marisolgarcia.blogspot.com/2005/12/300-pginas-de-gonzlez.html"><span style="font-size:78%;">Marisol García</span></a>Omar Pérez Santiagohttp://www.blogger.com/profile/06518008296217147272noreply@blogger.com