Thursday, February 22, 2007

Disciplina del chateau: Dominique Aury


Dominique Aury (1907-1998) era una tímida. Por eso en 1954 publicó su novela La Historia de O con el seudonimo de Pauline Reage. La esclavitud sexual y cadenas, máscaras y látigos en refinada prosa. Aury a los 86 años reconoció que las fantasías de castillos, máscaras, látigos y cadenas eran de ella. De la obras de literatura calenturienta esta es alucinatoria.

“O” es intimada por su amante en el auto estacionado a sacarse la ropita.

Quítate el liguero y el slip.

“O” es introducida a una sociedad secreta donde usa un vestido con corset que le expone sus senos.

Hoy todo el mundo se pone fierritos en las orejas, labios, ombligos y genitales y los dark se tatuan a hierro candente. Pero O ya se había anillado la vulva, y se había quemado el nombre de su amante en 1954.

Guido Crepax tiene una inolvidable versión en comic de l'Histoire d'O , cuya primera edicion es el regalo que espero.

Yo Necesito Amar: Klaus Kinski



Vuelvo a recomendarles amablemente un libro lujurioso e intenso de verdad, Yo Necesito Amar, las memorias de un actor descarado, íntimo, exasperado, sexual, sórdido, provocador, insano y visceral, llamado Klaus Kinski (1926-1991).

Este legendario artista alemán no justificaba sus actuaciones en deslucidas obras de pacotilla. Al contrario, se autocalificaba de puto, por los incontables estereotipos en los que actuó por la vil plata. Odiaba a los grises de la industria del cine y demostró que era un actor pensante en algunas enormes películas, como las dirigidas por Werner Herzog, (Aguirre, la cólera del dios; Nosferatu, Fitzcarraldo, Woyzeck y Cobra Verde) en una confrontacional relación actor-director de amor-odio. "sucio bastardo, que no sabe nada de cine, todo lo rodé yo, no tiene nada de cultura, es un analfabeto", escribe Kinski de Herzog.

Kinski fue el padre cariñoso de una turbadora actriz de boca voluptuosa y ojos graves: Nastassja Kinski, mi alemana favorita.

Klaus Kinski era un volátil, de ego mayor, siempre desraizado que, según afirma, rechazó trabajar con Visconti, Pasolini, Russell, Eisenstein y Kurosawa, por problemas de dinero.Kinski se acostó con cientos de mujeres en lugares soñados: aviones, camarines y parques. En realidad, su autobiografía –con un estilo tenso- es una odisea con actrices, peluqueras, putas y sirvientas de faldas arremangadas, calzones empapados, coños y anos curiosos, incluyendo a la mujer del escritor Alberto Moravia y a la hija del dictador Idi Amin. El libro es un clásico de los devotos del underground, pues pocas biografías de actores célebres es tan primitiva, sexual y confesional como el libro de Kinski.Para Kinski, según sus memorias, la actuación fue un accidente, un modo de salir de la pobreza en la que vivió sus primeros años en Berlín.

Ven ustedes, el show business es otro modo de sobrevivir. “¿Que por qué soy una puta?” pregunta Kinski y responde: “¡Yo necesito amor! ¡Amor! ¡Continuamente!”

Un libro, creánme, sinceramente notable e iluminador.

Marilyn Monroe y la corrección política de Truman Capote

“¡Te conté esa vez que Errol Flynn sacó el aparato y tocó el piano con él. Bueno, fue hace cien años. Yo recién empezaba y fui a una fiesta tonta. Estaba Errol Flynn, muy contento consigo mismo. Aporreó las teclas. Tocó Eres mi rayo de sol ¡Cristo!”

Ese tipo de chismes sobre el actor bebedor y mujeriego de Errol Flynn, (“Me gusta el whisky viejo y las mujeres jóvenes”) le contaba la emperadora de la sensualidad, la afrodita, diosa del amor y la belleza, Marilyn Monroe, a Truman Capote.

Según Capote.

Según Truman Capote, pues todo eso lo escribió Capote muchos años después, muchos años después del 5 de agosto de 1962, el día que Marilyn estuviera bien muerta en su tumba del lado norte del Westwood Village Memorial Park Cemetery de Los Angeles.

(Lo de su tumba es un decir. Todos sabemos que ella pervive en un nicho, en el nicho helado en que un hombre, Joe DiMaggio, la puso. El nicho 33 que, según dice la publicidad, es la más visitada del cementerio. En el funeral el ministro leyó el salmo ¡Te alabo porque soy una creación admirable!)

Yo había leído comentarios sobre este retrato de Marilyn Monroe y esa curiosidad me picaba. El texto está incluido en el libro de ensayos de Capote, publicado en 1980, Música para camaleones. Son 16 páginas de dialogo entre la Monroe y Capote mientras van al funeral de una amiga en común. El libro de bolsillo es publicado recién por Sudamericana, enero 2007, que lo hace la mitad más barato. Ahora el libro está a 4000 pesos chilenos (7 dólares), y con la rebaja de la librería del Fondo de cultura económica del paseo Bulnes, lo compré a 3600.

(Así, sí, libreros: un libro no debe costar más que una entrada al cine.¡Ven que se puede!)

Me he pasado un grato fin de semana estival leyendo el libro, y entre medio veo la película Capote, juego a la pelota con mi hija Antonia, ceno pescado frito y bebo vino arreglado con frutillas.

El libro tiene tres partes, la primera contiene seis piezas, la segunda es una nouvelle policial titulada Ataudes Tallados A Mano . En la tercera parte, Conversaciones Y Retratos, donde Capote escribió la semblanza de Marilyn Monroe. La conversación entre Monroe y Capote, es recreada de modo excepcional por Capote y es divertida y chismosa, y tiene una narrativa precisa:

Hablamos de cómo nos gustaba Nueva York y de cuánto aborrecíamos Los Ángeles. “Aunque nací ahí, no se me ocurre nada bueno que decir de Los Ángeles. Si cierro los ojos, y me imagino Los Ángeles , todo lo que veo es una gran várice”. Hablamos de actores y actuaciones. “Todos dicen que no sé actuar. Decían los mismo de Elizabeth Taylor. Y se equivocaron. Estuvo magnífica en Ambiciones que matan. A mí nunca me darán el papel apropiado, algo que realmente quiera hacer. No me ayuda el aspecto físico. Demasiado específico”; hablamos un poco de Elizabeth Taylor; quería saber si yo la conocía, y le dije que sí, y ella dijo bueno, cómo es, cómo es en realidad, y yo dije bueno, es algo parecida a ti, es muy franca y dice cualquier cosa, y Marilyn dijo vete a la mierda y me dijo bueno, si alguien me preguntara cómo era Marilyn Monroe en realidad, qué diría, y le dije que tenía que pensarlo.

Al final del relato, Truman Capote, que bien conocía el gusto de las masas por la corrección política, (esas chusmas que viven del pelambre jet setero, el llamado mercadeo de masas,) termina el texto dejando bien puesta a la Monroe.

MARILYN: Recuerda, te dije que si alguna vez te preguntaran cómo era yo. Cómo era, en realidad Marilyn Monroe, ¿cómo contestarías esa pregunta? (Su tono era juguetón, burlón, sin embargo sincero al mismo tiempo: quería una respuesta honesta). Apuesto que dirías que era una palurda.

TRUMAN CAPOTE: Por supuesto, pero también les diría...(Ya se iba la luz. Ella parecía desvanecerse con la claridad, mezclarse con el cielo y las nubes, retroceder y ocultarse detrás. Yo quería alzar la voz por encima de los gritos de las gaviotas y preguntarle: “Marilyn, Marilyn, ¿por qué todo tuvo que salir así? ¿por qué es una mierda esta vida?”)

TRUMAN CAPOTE: Yo diría...

MARILYN No te oigo.

TRUMAN CAPOTE:: Diría que eres una hermosa niña.